Opinión

La libertad de prensa amenazada

Por: Luciano Revoredo

En su reciente visita al parlamento Aníbal Torres volvió a representar el papel de víctima. Papel que alterna fácilmente con sus agresiones y diatribas. Una vez más el Congreso mostró su impericia y lo invitó dándole tribuna y permitiendo que vuelva a encarnar a ese desagradable personaje entre lastimero y violento en que se ha convertido el veterano primer ministro.

Asistió con su Gabinete en pleno. Toda esa caterva de improvisados siempre prestos a algo peor. Todos personajes secundarios de una tragicomedia barata.

Nada de lo dicho por Torres merece un comentario ni reflexión alguna. Salvo cuando se refirió a la prensa. En esa materia una vez más quedó en evidencia que el gobierno desprecia al periodismo. No cree en la libertad de expresión. Recordemos las diversas agresiones a periodistas que el entorno de Castillo y él mismo han protagonizado desde los días de la campaña electoral.

En ese contexto no es sorprendente que Torres manifieste que:” No estamos haciendo ninguna medida contra la prensa, hay excesiva libertad de prensa incluso para injuriar, difamar, calumniar. Hay una excesiva libertad de prensa en el Perú y eso está plenamente garantizado”.

Un primer tema es que según Torres puede haber “excesiva” libertad de prensa. Ignora el primer ministro que la libertad de expresión y de prensa, son derechos fundamentales e inalienables, inherentes a todas las personas. Cuando dice que la libertad es “excesiva”, está diciendo entre líneas que podría ser restringida.

Curiosamente señala a la vez que este “exceso” está garantizado, lo que sería un contrasentido, a la vez que vuelve a atacar a los medios diciendo que esa excesiva libertad se usa para para injuriar, difamar y calumniar.

Todo esto va en perfecta sintonía con la actitud de Castillo con relación a la prensa. Recordemos que cuando el programa dominical Panorama presentó una denuncia sobre la corrupción de su entorno, este tuiteó: “Ejerciendo mi derecho como ciudadano y como presidente de la República, procederé a denunciar a la señalada producción periodística que difunde noticias falsas cuyo único fin es engañar y manipular a la ciudadanía”.

Estemos atentos que la frase revela lo que en el fondo piensa el gobierno. Estemos atentos que toda dictadura comienza por conculcar las libertades.

Lo que se está aplicando en el continente, matices más o matices menos es la franquicia ideológica del Foro de Sao Paulo. Nada de lo que está sucediendo en el Perú es nuevo. En su momento Chávez, Maduro y Ortega en Venezuela y Nicaragua respectivamente comenzaron por llamar golpistas a los opositores y por “denunciar” excesos de la libertad de prensa.

Hoy que Venezuela sobrevive en medio de una represión brutal y la más grande pobreza. Que en Nicaragua se asesina y apresa a los opositores, se cierran los medios de comunicación y se persigue a la iglesia. Hoy que en el Perú tenemos un gobierno afín a estos regímenes, no cabe esperar que lleguemos a esos límites. Cada día de pasividad es un paso más que ellos avanzan. Cada día de silencio es una vuelta más a la tuerca del totalitarismo.

(*) Analista político

(*) La empresa no se responsabiliza por los artículos firmados.

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