Opinión

Gobiernos de izquierda y corrupción

Por: Martín Valdivia Rodríguez

El caso del hijo primogénito de Gustavo Petro ha golpeado a la izquierda sudamericana. Nicolás Petro ha reconocido ante la Fiscalía colombiana —lo acusa de enriquecimiento ilícito y lavado de activos— que parte del dinero que recaudó ilícitamente, con aportes hasta de exnarcotraficantes, se utilizaron en la campaña electoral que llevó a su padre a la victoria en los comicios de 2022. En realidad, Petro padre no es el primer presidente de izquierda del continente con un familiar metido en un escándalo de proporciones que remece a su gobierno, pero, eso sí, quizá el más estrepitoso.

Un aspecto particular en este intríngulis político es la forma en que llegó a conocimiento de las autoridades. Se trata de un triángulo amoroso entre Nicolás Petro, su entonces esposa y la amiga de esta, cuyos entretelones quedaron registrados en los teléfonos celulares. Y el despecho de la hoy exesposa dejó al descubierto no solo la infidelidad, sino también los presuntos actos ilícitos que hubo detrás de la campaña electoral de Gustavo Petro.

Varios políticos peruanos, como Verónika Medoza, Susana Villarán, Sigrid Bazán y hasta Pedro Castillo, en su momento apoyaron al hoy presidente colombiano, con quien aparecen sonrientes varias fotografías. Ahora todos están calladitos. No se oye, padre.

En Argentina han sido presidentes Néstor Kirchner, su esposa Cristina Fernández y Alberto Fernández, quien es el actual mandatario. De los tres, Cristina Fernández es la más cuestionada y enfrenta en la actualidad un proceso por corrupción. Esta crisis política, como en los demás gobiernos de izquierda, ha repercutido en la economía del país.

El hijo de Michelle Bachelet, cuando esta era presidenta, tuvo que renunciar a un cargo importante en el gobierno de Chile por un escándalo por tráfico de influencias. Gabriela Zapata, la expareja de Evo Morales, fue condenada a 10 años de cárcel por enriquecimiento ilícito, en un caso que afectó los planes de reelección del entonces gobernante de Bolivia e hizo caer a algunos funcionarios de su régimen.

La esposa de Daniel Ortega, Rosario Murillo, conocida como copresidenta y “La diabla”, también ha envuelto al gobierno de nicaragua en sonados escándalos. Y así, podemos hablar de los Castro en Cuba, de las hijas de Nicolás Maduro en Venezuela, entre otros presidentes cuyos familiares protagonizaron vergonzosos escándalos. Y en Perú, de la esposa, los cuñados y los sobrinos de Pedro Castillo. Eso no quiere decir, sin embargo, que todos los gobiernos de derecha hayan sido sacrosantos, limpios y puros. Porque lo que digo y escribo siempre lo firmo.

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