Opinión

La doble moral de los caviares (II)

Por: Martín Valdivia Rodríguez

La izquierda caviar no es un fenómeno político exclusivo del Perú, donde incluso hay periodistas de los que se dice que “escriben con la zurda y viven con la derecha”. Además de gauche caviar en Francia, les dicen “red set” en Chile —como parodia del elitismo de la jet set—, “boliburguesía” en Venezuela —por la revolución bolivariana—, “socialista de bistec” en Filipinas o “zurdos con Iphone” en Argentina. Si bien el término caviar es esgrimido principalmente por los políticos de derecha para atacar a sus rivales, en realidad su uso ya se ha generalizado.

En la enciclopedia virtual Wikipedia consignan una definición clara: “Caviar es una expresión política de uso coloquial utilizada para referirse a aquellos que proclaman tener ideas de izquierda, pero que en realidad tienen una vida con ciertos lujos y acomodada, o que sus posturas son ambiguas y carecen de compromiso serio con la acción política”.

Hasta hace unas décadas, la izquierda caviar era un término restringido a los socialistas de posiciones moderadas, no radicales ni dogmáticas y más próximas a la centroizquierda. Sin embargo, los tiempos han cambiado. En Argentina, la prensa opositora ironiza, por ejemplo, que la expresidenta Cristina Fernández, peronista de viejo cuño, “pidió menos importaciones con su iPhone 13 Max en mano”.

Mientras que, en Chile, el presidente Gabriel Boric, acusado de caviar por la oposición, se vio obligado a dar marcha atrás y dejar sin efecto una controversial resolución que eliminó el nombre de “gabinete de la primera dama” y lo sustituyó por el de “gabinete Irina Karamanos”, en alusión al nombre de su pareja.

En el Perú ocurre un fenómeno curioso, el uso de la palabra caviar para atacar a la izquierda arribista y acomodadiza lo comparten la izquierda radical y la extrema derecha. Así, la primera ataca a Verónika Mendoza y sus satélites, mientras que la segunda hace lo mismo, pero mete en el mismo saco a Martín Vizcarra, Francisco Sagasti y los miembros del Partido Morado, cuyas posiciones son en realidad de centroderecha y sus cercanías con la izquierda se deben más bien a las conveniencias en coyunturas especiales.

Podemos ver, incluso, a políticos del ala dura de la izquierda, radicales y dogmáticos, flemáticos en el verbo y ortodoxos en la prédica doctrinaria, declarados enemigos de los caviares, colocando y defendiendo la permanencia de ministros y otros funcionarios cuestionados en el aparato estatal. De tal manera que estos personajes en la práctica hacen lo mismo que ellos atribuyen a los caviares. Porque lo que digo y escribo siempre lo firmo.

 

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