Opinión

La clave de la lectura

Dada la brevedad de la vida humana, los seres humanos deberían empezar a leer desde temprana edad.

Lamentablemente, el sistema educativo de nuestro país por lo general no incentiva la lectura de libros y tratados del conocimiento, en sus diversas ramas, desde el nivel de la escuela (colegio, en específico en el nivel secundario), pues abundan los manuales básicos, así como la lectura elemental o fácil.

Así se explica por qué algunos docentes universitarios recomienden leer libros básicos de Mario Bunge (un gran metodólogo y científico), por ejemplo, en lugar de recomendar que se lea como texto imprescindible su monumental obra “La investigación científica”, que fue escrita en inglés también.

Así se explica por qué de Isaac Newton se sepa básicamente que descubrió la ley de la gravedad cuando le cayó una manzana en la cabeza, en olvido de su trascendental obra “Principia Matemática” (1687). Ello aplica prácticamente a la totalidad de disciplinas del conocimiento, incluido el derecho por cierto, tanto en lo que se refiere a los libros que se producen en el sistema jurídico romano germánico del civil law, como en el sistema inglés del common law; pero en donde se prefiere hablar en términos de manuales o de falsos tratados de un tomo que son en realidad un conjunto de artículos.

Del mismo modo, en lo que se refiere a la filosofía, la cual fue presentada en mallas curriculares universitarias, como una opción de curso electivo respecto al curso de inglés, hasta el extremo de desaparecer como curso de colegios secundarios (escuela elemental), pese a que la disciplina filosófica es nada menos que la matriz de todo conocimiento, incluido el conocimiento científico.

Asimismo, de la política se piensa vulgarmente que ésta puede ser llevada a cabo por cualquier persona, sin ninguna preparación cognitiva en ciencia, teoría y filosofía política; esto es, solamente con tranzas, componendas y marchas y contramarchas al ritmo de una inteligencia meramente instintiva, en olvido de obras escritas desde la misma Antigüedad, de autores como Platón con su “La República”, Aristóteles con su obra “La Política”, y Cicerón con su “Del supremo bien y del supremo mal” (45 antes de nuestra era).

La lectura es clave para salir del subdesarrollo como sociedad, así como es clave para la formación integral de la persona humana. Las potencias mundiales han comprendido ello desde hace tiempo.

(*) Analista político y abogado penalista

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