Opinión

La franquicia chavista

Por: Luciano Revoredo

El modelo llamado socialismo del siglo XXI, que no es otra cosa que la alianza criminal entre las diversas formas del comunismo latinoamericano con el narcotráfico y otras manifestaciones del crimen organizado, cuenta con la bendición del Foro de Sao Paulo, el Grupo de Puebla y otra serie de organismos de fachada, que no buscan otra cosa que someter a los pueblos del continente a las más abyectas formas de dominación y miseria, esquilmando sus recursos y arrebatándoles la libertad.

Esta infame mafia internacional ha desarrollado un guion para lograr estos fines. Lo que podríamos definir como una franquicia política, en la que al igual que en aquellas franquicias comerciales en que una empresa cede a otra métodos, procedimientos y tecnología a cambio de pagos, estos delincuentes internacionales aplican un modelo con el que siempre terminan por imponer un gobierno de su mafia en el poder y someter a los países. Para esto cuentan con los que” compran” la franquicia en cada país.

Una vez que deciden aplicar el modelo en un país resultan implacables. Se trata siempre de buscar un conflicto que exacerbar, las minorías étnicas, los indígenas, los problemas medioambientales, la minería, algún recurso escaso, un tema tributario, todo vale para generar la chispa que encienda el conflicto.

Luego vienen las movilizaciones, la violencia callejera, los incendios, la destrucción de la propiedad pública y privada y un sinfín de actos violentistas hasta conseguir los “mártires” con los que chantajear al estado. Entonces hablan de terrorismo de estado, derechos humanos y todo un fárrago de ideas que muchas veces una prensa cómplice recoge y difunde. Con este esquema se tumban gobiernos legítimos o terminan por imponer la siempre equivocada y caprichosa idea que la única solución es una nueva constitución.

Otro elemento que es parte de la franquicia chavista es la infiltración de cientos de agentes extranjeros en los países. En algunos casos como migrantes y en otros ya de modo mas evidente como personal diplomático de los países ya dominados por la mafia comunista. Estos agentes suelen ser personal de inteligencia, azuzadores profesionales o expertos en consumar fraudes electorales.

En el caso peruano han aplicado todas las fases del plan, pero no han tenido éxito.

Lo primero fue el fraude electoral que llevó a la presidencia al delincuente, hoy en prisión, Pedro Castillo. Luego en el gobierno se trabajó en la formación de las bases que llegado el momento pondrían al país en jaque mediante una campaña de acciones violentistas. Estas bases se formaron sobre la estructura de las prefecturas, los ministerios y a través de los consejos de ministros descentralizados. El momento de poner en acción esta campaña de desestabilización violentista llegó antes de lo previsto con la caída de Castillo.

Lo que siempre estuvo detrás de todo y hoy lo vemos con claridad meridiana fue la imposición de la asamblea constituyente. Esa es la clave de todo. Sin embargo, a diferencia de Chile, por ejemplo, la idea no prospera en el Perú. Una de las razones por las que les cuesta tanto terminar de imponerse en nuestro país es que ya los conocemos y ya los hemos vencido una vez.

Sendero Luminoso ya fue derrotado militarmente, sus remanentes a través del MOVADEF y gracias a personajes como Castillo, Bermejo o Bellido y la complacencia de los caviares que a través de los años han servido de escuderos de la subversión, ahora han ingresado a la guerra política, pero no abandonan sus métodos y por eso estamos ahora bajo un ataque violentista en todo el país. No obstante, los venceremos. La franquicia chavista no se aplicará en el Perú.

(*) Analista político

(*) La empresa no se responsabiliza por los artículos firmados.

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