La terrible noticia de una violación de una niña de 3 años en Chiclayo ha conmocionado al país, porque una vez más nuestra sociedad no es capaz de proteger lo más valioso que tenemos: nuestros niños. Como padre de familia, se me estremece el cuerpo, de solo pensar el sufrimiento de la niña con este depravado que aprovechó un descuido, para raptarla y dar rienda suelta a sus bajos instintos.
Por supuesto que trato de entender los sentimientos de indignación, y hasta la sed de venganza contra el criminal que atento contra una niña tan pequeña e indefensa y que es innegable no sentir la rabia y las ganas de hacer justicia con nuestras propias manos, pero hay que tener mucho cuidado, de desencadenar estas emociones cargadas y peor aún exacerbarlos, siendo autoridades. Porque ahora recién sale a relucir la preocupación de Pedro Castillo y en un viaje a Lambayeque, expresa que va a impulsar la castración química obligatoria para los violadores, como si fuera la solución a este problema complejo, que tenemos como sociedad. Lo más irónico es que es el mismo estilo de lo más rancio del fujimorismo, que ya en varias ocasiones pretendieron promover este tipo de medidas populistas, cortoplacista e irresponsable, porque ni se imaginará del costo de esta medida y la ineficaz que sería.
En realidad, este tipo de propuestas es un distractivo más, del que nos tiene acostumbrado el presidente, sino recuerden el caso del bebe que necesitaba ser evacuado a un hospital y lo llevaron en helicóptero a Palacio, para hacer el show, exponiendo la vida del neonato. Probablemente lo hace para evadir sus responsabilidades como jefe de Estado, que debería estar centrada en promover políticas públicas de educación con igualdad de género y educación sexual desde niños.
El presidente necesita asesores urgentes, para que le expliquen que la pedofilia esta comprobada que es un trastorno psicológico, no tiene cura y que lo más probable que estos sujetos, aunque castrados podrían seguir cometiendo sus fechorías innombrables con los niños y niñas usando objetos.
Le deberían explicar al presidente, que en el Ministerio de la Mujer existe el programa AURORA, para prevenir estas agresiones sexuales y acompañar a las víctimas de estos depravados, que ahí se involucre. Podría presentar propuestas más creativas como disponer de presupuestos para asignar directamente a la Policía Nacional, para mejorar la primera línea de atención de las víctimas, que se da en las Comisarias, donde generalmente se vuelve a victimizar a las víctimas, se necesita capacitar al personal policial, especializarlos para atender y prevenir estos crímenes.
Cuando entienda que es vital una educación sexual integral, en los diferentes niveles de formación educativa, que garanticen abordar la problemática para prevenir y estar alertas para proteger a los niños, organizar a la sociedad, sensibilizar y acompañar de especialistas, que garanticen la seguridad de los niños y niñas.
No se puede evadir los problemas de fondo, como la pobreza, el hacinamiento y hasta la promiscuidad, porque abonan a la precariedad de la vida de muchas familias, obligando a todos los miembros de una familia a trabajar, para el sustento del día a día, dejando expuesto a los niños y niñas, a merced de estos indeseables.
(*) Ex congresista de la República
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