Opinión

Fuga de talentos (II)

Por: Martín Valdivia Rodríguez

Los fenómenos migratorios son muy antiguos, datan de los inicios de la civilización. Las investigaciones de la prehistoria indican que el primer proceso de migración se dio hace 70,000 años, en el paleolítico. La historia bíblica antes de Jesucristo registra el primer movimiento migratorio del pueblo judío con más de 600 mil hombres de a pie, sin contar los niños, que después de permanecer 430 años en cautiverio bajo la dominación y explotación de Egipto, salen en busca de su libertad y una vida mejor, como se menciona en la Biblia. Las migraciones también son procesos muy complejos. En los años 70 y 80, miles de peruanos migraron a Venezuela, pero después de décadas, han venido al Perú más de millón y medio de venezolanos. Y ahora muchos peruanos están migrando a otros países o tienen la intención de hacerlo.

Durante su viaje forzado, el pueblo de Israel en su travesía por el desierto y el Mar Rojo hacia la tierra prometida, padeció hambre, miseria, sufrió guerras, plagas, enfrentó peligros, inclemencias del tiempo y persecución. El actual fenómeno migratorio de África hacia Europa, con miles de persona desembarcando en la isla italiana de Lampedusa, pareciera indicar que este fenómeno se repite.

La migración de peruanos a otros países tiene causas que se asemejan, pero hay factores diferentes. Aquí hay falta de oportunidades, decepción y hartazgo. Los políticos tienen un pésimo y reprochable desempeño, lo que ha hecho que el encanto, la esperanza y la ilusión que había hace algunos años, respecto al futuro, hayan desaparecido. La pandemia fue un duro golpe, hay que reconocerlo, pero el Perú, por sus riquezas naturales, sus recursos humanos y su estratégica ubicación en el mapa, con tierras fértiles y un mar que es la envidia de otros países, no es para que esté atravesando una situación como la actual.

De Venezuela no solo llegaron personas dedicadas a la delincuencia, sino también hombres y mujeres de bien, trabajadores y profesionales de nivel superior o técnico, como médicos, profesores, especialistas en informática, mecánicos, etc. Precisamente, peruanos con esos potenciales y virtudes son los que se están yendo o quieren irse a otros países en busca de oportunidades, pues aquí no las tienen.

Esta fuga de talentos le está haciendo mucho daño al país y parece que las autoridades no aquilatan la magnitud del problema. Talentosos jóvenes, que pueden hacer mucho por el Perú, están migrando a otros países, como Estados Unidos, España, Italia y Japón, incluso a Brasil, donde sí encuentran espacio para poner en práctica sus conocimientos. Ojalá que está fuga de talentos acabe pronto en el país. Porque lo que le digo y escribo siempre lo firmo.

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