Tanto el primer ministro Alberto Otárola, como el presidente del Poder, Judicial Javier Arévalo, coinciden que se puede adecuar el plan de Nayib Bukele de El Salvador, para reducir la criminalidad en el Perú. Tenemos situaciones completamente distintas. La superficie de El Salvador es de 21,041 Km cuadrados, el Perú tiene Un millón 285 mil Km cuadrados; el Salvador tienen 6 millones 700 mil habitantes y Perú tiene casi 34 millones.
Analicemos qué ha hecho Bukele para reducir drásticamente las cifras de crimen y violencia en El Salvador, que dejó de estar en la lista de países más violentos del mundo. Tenía una tasa de homicidios de 18.17 por cada cien mil habitantes. Hoy con cifras verificables es uno de los más seguros de Latinoamérica, pero Bukele está actuando con mano firme y dura contra los pandilleros de los Maras y la criminalidad en general.
El Ejecutivo defiende el régimen de excepción impuesto desde marzo del 2022. Ya van 17 meses, ha creado un exitoso “Plan Operacional de Control Territorial”. Ha construido una mega cárcel con capacidad para 40 mil internos y sin beneficios penitenciarios, la política anti-delito de Bukele se basa en la sanción, en el castigo, cero impunidad a los delincuentes. La verdad es que en la actualidad la rehabilitación o justicia restaurativa no funciona de manera adecuada debido a la corrupción.
En El Salvador hay restricciones a la libertad de prensa en temas relacionados por ejemplo a declaraciones de lideres de pandillas o criminales avezados, lo cual es correcto. Basta de apología a la violencia y al delito.
Bukele no está sometido al escrutinio de la ciudadanía ni de ningún órgano de control, además se viene trabajando:
1.- Combate frontal a la Corrupción e Impunidad
2.- Fortalecimiento de la capacidad e independencia de los sistemas de justicia
3.- Combate al crimen organizado, reducción de la violencia
4.- Fortalecimiento de los cuerpos policiales
5.- Limitación de la participación de las Fuerzas Armadas en la Seguridad Publica
6.- Promoción de la convivencia pacífica y cultura de paz
7.- Ley nacional del sistema integral de justicia penal para los adolescentes
8.- Depuración de los malos elementos de la seguridad pública y justicia
9.- Control del desempeño policial
10.- Campañas sostenidas de cultura de prevención en la población. Con esas acciones El Salvador triplicó su población carcelaria, pasó de 30,000 internos a 96,000 internos. El Gobierno Central es el principal responsable de la inseguridad ciudadana.
Finalmente, y es mi opinión, en la actual situación política y social que vivimos, con nuestra particular idiosincrasia y con la corrupción e impunidad que hay en la mayoría de instituciones del país, veo muy difícil una implementación de algunas medidas del plan Bukele.
(*) Presidente de Aprosec.
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