Opinión

Anticandidatos

Por: Luis Sánchez Cáceres

Candidatos al Congreso que acusan a la policía en el VRAEM de recibir dinero del narcotráfico sin prueba alguna, admiradores del demencial grupo terrorista sendero luminoso y del criminal movimiento revolucionario Túpac Amaru. Otros pretenden eliminar las leyes de muerte civil, lo cual beneficiaría a presos por corrupción y terroristas. ¿Cómo hemos llegado a tener estas candidaturas? ¿Dónde está el filtro que los partidos políticos tenían que utilizar a la hora de escoger candidatos? Bueno, pues esta es la folclórica, antropomórfica y tribal jungla electoral que nos ofrece nuestra clase política. Dos partidos políticos son los responsables de este surrealismo electoral, que ni a Vladimiro Montesinos ni Alfred Hitchcock se les hubiera ocurrido. Es el suspenso político llevado a su máxima expresión. Como si no tuviéramos candidatos, sino anticandidatos. Perú libre lleva entre sus listas a 6 postulantes y Juntos por el Perú a 5, que han sido objeto de la última denuncia de la ONG de derechos humanos Waynakuna Perú.

En ella, se ha consignado que candidatos como Guillermo Bermejo por Perú Libre, acusan a la policía en el VRAEM de recibir dinero del narcotráfico, sin prueba alguna. O como Julio Lipa y Guido Bellido, candidatos por el Cusco de dicha agrupación, que muestran en sus redes sociales admiración por la terrorista y poetisa de Sendero Luminoso, Edith Lagos. Esto sin contar a los candidatos acusados tantas veces en medios de prensa por estar ligados al Movadef y al CONARE, como por ejemplo el profesor Edgar Tello. Por todo esto el candidato a la presidencia de Perú Libre, Pedro Castillo, debería dar explicaciones.

Pero no son los únicos casos. Dante Castro (Juntos por el Perú) es quizás el caso más alarmante. El escritor ha publicado columnas de opinión en las cuales defiende el secuestro de la residencia del embajador del Japón ocurrida en 1996 a manos del MRTA. Además defiende y admira a terroristas como Néstor Cerpa Cartolini y Rolly Rojas, quienes lideraron ese acto criminal.

Otros casos controversiales son los de Jorge Tacuri, Saúl Amarcanqui y Gianina Avendaño, candidatos de Verónica Mendoza, quienes pretenden revisar y eliminar las leyes de muerte civil, con lo cual se beneficiarían presos por delitos de corrupción –como los de Odebrecht– y por terrorismo. Propuestas que contradicen todo el discurso dado por Mendoza. Amarcanqui está a favor incluso de una “Reconciliación nacional”.

Este escenario parcial de candidatos con ideas y posturas extremistas y controvertidas debe de verse desde la microscopia de la historia, en donde no buscas lo aparente, sino lo que está invisible, lo estructural. La decadencia política y la postdictadura pueden explicar estas anticandidaturas.

(*) Especialista en temas contra el terrorismo, inteligencia y narcotráfico

(*) La empresa no se responsabiliza por los artículos firmados.

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