Opinión

El APRA nunca muere

Por: Jorge del Castillo Gálvez

El Partido Aprista Peruano ha culminado su proceso de inscripción partidaria en el Registro de Organizaciones Políticas ROP del Jurado Nacional de Elecciones (JNE), solo resta la observancia de un período breve de 5 días para que salga la resolución correspondiente.

Si bien los absurdos reglamentos del JNE nos obligan a presentarnos como un Partido que se hubiere fundado recién, con Acta de fundadores y todo, no podemos olvidar que la verdadera fundación se realizó en una humilde carpintería de la calle Teatro el 20 de setiembre de 1930 por un conjunto de trabajadores manuales e intelectuales; y que antes de eso, Víctor Raúl Haya de la Torre entregó la bandera indoamericana a los estudiantes mejicanos en acto simbólico de creación del APRA Continental, el 7 de mayo de 1924 en la Ciudad de México.

Está en el activo del Aprismo, la Jornada de las 8 horas, los derechos laborales, la seguridad social, así como el derecho de huelga y sindicalización. Pero tanto o más importante es la conquista de la educación gratuita a nivel primario, secundario y universitario, la salud para todos, el voto de la mujer y el voto de los analfabetos.

La inmensa personalidad de Víctor Raúl Haya de la Torre dominó la política nacional de tal manera que nada menos que el diario El Comercio, que lo había combatido toda su vida, hizo un concurso que lo encumbró como el peruano más Ilustre del Siglo XX, luego que cumpliera una ejemplar función como Presidente de la Asamblea Constituyente en 1979, ganándose el respeto de otrora rivales, como fue el caso del Dr. Luis Bedoya Reyes, quien declinó la torva oferta que le hacía la izquierda marxista para elegirlo como Presidente de la Asamblea, en favor de Haya de la Torre como homenaje a su trayectoria de estadista.

Ningún trámite burocrático podrá borrar de la memoria popular el sacrificio de miles de apristas perseguidos, exiliados, despedidos o asesinados, ya sea en Trujillo, Cajamarca, Huaraz, Ayacucho y Huancavelica, donde murieron miles de apristas.

El APRA también es el sacrificio de Carlos Phillips con su frase final ante el pelotón de fusilamiento “Solo Dios salvará mi alma y solo el Aprismo salvará al Perú” SEASAP. Manuel “Búfalo” Barreto y su inmolación en la puerta del cuartel O ‘Dónovan el 7 de julio de 1932 y los cuatro mil fusilados en las murallas de Chan Chan en Trujillo. Manuel Arévalo, asesinado por la espalda por los soplones de la época y su lema “Fe, Unión, Disciplina y Acción”. Luis Negreiros Vega asesinado por la dictadura en la esquina de Petit Thouars y 28 de Julio en Lima, en marzo de 1950.

Luego vendría la etapa de los gobiernos apristas, muy exitoso el segundo del 2006 al 2011, donde se lograron crecimientos económicos a niveles sin precedentes, lo que permitió un proceso de inversión-trabajo-desarrollo económico y redistribución social que redujo la pobreza veinte puntos porcentuales, combatió la anemia, la desnutrición infantil y el analfabetismo, impulsados por el Presidente Alan García, a quien hoy muchos extrañan.

Ejecutó 152,000 obras en carreteras, hospitales, colegios emblemáticos, tren eléctrico, irrigaciones como Chavimochic y Olmos, generando empleo para tres millones y medio de peruanos, agua potable y alumbrado público para los más pobres.

Ahora vuelve el APRA para seguir luchando por la democracia, las libertades y la Justicia Social.

(*) Ex congresista de la República

(*) Ex presidente el Consejo de Ministros

* La Dirección periodística no se responsabiliza por los artículos firmados

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