Opinión

Empresas familiares (2/2)

Por José Castillo Carazas

La semana pasada desarrollé mi columna sobre “empresas familiares” apoyándome en la herramienta “Chat GPT”. Esta vez desarrollaré el tema desde mi experiencia profesional; buscando compartir aprendizajes con la finalidad que los lectores potencien el valor sus inversiones. Dentro de un negocio familiar existen, además de los problemas comunes y operativos, determinadas circunstancias “extra empresariales” que terminan afectando la estabilidad de la compañía. Concentraría estas situaciones en tres grandes campos:

(i) Liderazgo y Sucesión: Las empresas familiares nacen, por lo general, de un fundador visionario que tuvo el valor de “hacer crecer” un negocio con el objetivo principal de “hacer prosperar” a su familia. Cuando esto ocurre, el entorno del negocio se vuelve “muy similar” al del hogar y la familia, en un concepto amplio y no solo nuclear, se desarrolla laboralmente dentro de la empresa. Si bien es cierto, el liderazgo de la primera generación es “más o menos” claro, el problema viene al momento de la sucesión puesto que hay “muchos miembros” que siente que su trabajo es “estratégico y merecen su oportunidad.

(ii) Administración Profesional: ¿primero es “la empresa” o primero es “la familia”? Esta pregunta es, quizás, la base de cómo se desarrollará la estructura de un negocio familiar y cuáles serán las barreras de entrada para los miembros de la familia. Aunque es fácil la determinación de reglas de ingreso; no debemos olvidar que no existen personas con pensamiento más optimista sobre otras que los padres con sus hijos. El desarrollo de situaciones en una empresa no solamente requiere de conocimientos técnicos y académicos, también de tino y mucha “muñeca” para resolver conflictos restableciendo (o fortaleciendo) la armonía familiar/empresarial.

(iii) Poder e Ingresos: Es lo que más conflicto genera. La distribución de la cuota de poder en una empresa familiar, lo cual debería generar la interacción respetuosa y solidaria, enfocada en el bienestar de la empresa, es un desafío enorme para la cabeza de la organización, sobre todo cuando hay hijos involucrados. Existen empresas en las que, el dueño por “hacer un espacio para sus hijos” empieza a crear gerencias o puestos ejecutivos que se acomoden a la experiencia académica del hijo y no necesariamente a las necesidades de la empresa. Estas situaciones “disfrazan” la administración profesional, pero crean departamentos que no son necesarios. El problema no acaba aquí, luego viene la distribución de los ingresos (o sueldos) entre los miembros de la familia ¿No creen que es posible que existan hijos que son “estratégicos” para el negocio y se “desmotivan” cuando ganan igual que un hermano con un puesto “ad hoc”?

Tener un protocolo familiar donde se establezcan lineamientos de interacción, condiciones de ingreso al negocio, rangos de sueldo – bonificación y la conformación del consejo familiar, es muy importante, pero la base de un negocio familiar exitoso se resume en tres cosas: (i) Respeto, (ii) Reglamentación efectiva y (iii) Visión empresarial compartida.

(*) Gerente General de BLANCO Sociedad Administradora de Fondos S.A.C. y miembro del Directorio de la UPAL

(*) Contador Público Colegiado y Máster en Banca y Finanzas.

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