Tres sonados casos que demuestran la vulnerabilidad de las plataformas y mecanismos digitales han ocurrido en menos de un mes en el Perú: los “muertos vivientes” del Reniec, la millonaria estafa con entradas falsas para el concierto de Daddy Yankee y la filtración de preguntas del examen de admisión de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.
El escándalo por las personas vivas que aparecían como muertas en el Reniec no se hubiera descubierto si no fuera por la búsqueda de pruebas en los casos de corrupción que involucran al Gobierno. A un periodista se le ocurrió verificar el nombre de Alejandro Sánchez, el dueño de la casa del pasaje Sarratea, dándose con la sorpresa de que había “fallecido” el mismo día que el Poder Judicial ordenaba su detención. Luego se comprobó que, al margen de este caso que puede haber sido intencional, todo el sistema estaba funcionando mal.
Muchos juicios por corrección de identidad o fallecimiento duran años. Si debido esa puerta abierta en el sistema del Reniec se podía hacer pasar por muerta a una persona viva, imagínense qué otras cosas no ocurrirán en estos organismos que se encargan de procesar y proteger información sensible, delicada y privada.
Otro caso que tiene que ver con los líos de la tecnología es el de Pamela Cabanillas, la revendedora de entradas que estafó a 7 mil personas y ahora está en Europa gozando del dinero, el que, según ella misma, no podrá devolver porque ya se lo gastó, pues le gusta “comprarse zapatillas y ropa cara, sus buenos tragos y salir a comer a lugares caros”. Según la policía, hubo una entrada que fue vendida 367 veces. Muchos preguntan cómo es posible que se vulnere la seguridad de estos sistemas de pago, pero el hecho es que los estafadores hoy en día están en todas.
Y el tercer caso fue el del examen a la San Marcos. Una banda utilizaba equipos de alta tecnología para filtrar las preguntas del examen hacia el exterior en complicidad de personas que devolvían las respuestas. Así, un postulante que quería ingresar, por ejemplo, a la carrera de Medicina, tenía que pagar US$3,000.
La vulnerabilidad es un gran riesgo que se tiene que correr, pero es necesario que se mejoren los mecanismos de seguridad y control. En el terreno de la policía cibernética también hay mucho por hacer, incluso a nivel preventivo. Las bandas de estafadores navegan por el ciberespacio y también son vulnerables. Hay que cazarlas. Porque lo que digo y escribo siempre lo firmo.
