Hoy empieza el debate organizado por el JNE. Se ha optado por el sistema de las duplas y la réplica, frecuentemente usado en Europa, especialmente en países como España y Francia, muy apegados a los lineamientos de la jurisprudencia cuando se trata de darle forma a procesos políticos. En el derecho, la dúplica y la réplica es un procedimiento que, por sus connotaciones legales, tiene características más complejas. En cuestiones políticas, con la dupla reemplazando a la dúplica, es la simple formación de parejas para que una pregunte y la otra responda.
De esta manera, los candidatos se dividirán por parejas para que un candidato le formule una pregunte al otro y luego este candidato pueda hacer una réplica, para posteriormente ser quien realice la pregunta. Como son 18 los candidatos presidenciales, se han formado tres grupos de seis cada uno, los cuales debatirán hoy, 29 de marzo, mañana y pasado mañana.
Los candidatos deben hilar muy fino para planificar sus estrategias, pues no solo se trata de exponer sus planes de gobierno, en muchos casos memorizados de paporreta, sino de hablar lo justo y preciso para que les alcance el tiempo. Hay postulantes que se caracterizan por atacar, lanzar puyazos a diestra y siniestra. Esos tendrán que contenerse y soltar el dardo en el momento oportuno, esto es, el momento de las réplicas.
El debate ha sido divido en cinco bloques: Medidas frente a la pandemia; Pregunta ciudadana sobre educación; Seguridad Ciudadana; Pregunta ciudadana sobre integridad pública y lucha contra la corrupción; e Intervenciones finales. En este último bloque, quizá, puedan hacer un ataque directo al rival y/o enviar un mensaje muy fino, con una frase contundente, que quede en el cerebro de los electores y que pueda ser replicado por la prensa como algo destacable.
Buena dicción, claridad en el mensaje e ideas atractivas. Esa es la fórmula que aplican los oradores, lo cual implica, por ejemplo, hacer pausas o atropellar en el momento indicado, expresarse con coherencia y tener un plan de exposición bien estructurado de las propuestas. Y, claro, estar preparado para responder las preguntas difíciles.
Este debate puede resultar determinante en la medida de que alguien pueda sobresalir por encima de los demás y asegurar el primer lugar o bajarse al que va primero. Los que están a media tabla se juegan un partido aparte, pues muchos ni siquiera arañan el 5% de intención de votos, según las últimas encuestas, lo que impedirá a sus partidos pasar la valla electoral.
