Opinión

El presidente en su laberinto

Por: Richard Arce Cáceres

Esta semana el país ha sido testigo de la desesperación de un gobierno, que instrumentaliza todo el poder que tiene con su investidura de presidente, con dos claros objetivos, uno para evadir a la justicia y el otro para fabricar una narrativa de persecución política, para la platea y contrarrestar el deterioro de su imagen, que incluye la perdida de legitimidad para gobernar.

Pero hasta para poner en escena esta estrategia ha mostrado su torpeza e ineptitud, porque la noticia del fin de semana es la actitud prepotente para que dos efectivos policiales, encargados de su seguridad personal, aten los pasadores de los zapatos del presidente, en plena actividad proselitista.

Parecería pueril y hasta banal, pero evidentemente esta acción desdice completamente la imagen de un gobierno de izquierda; ningún socialista permitiría una acción de servilismo tan degradante, a la que ha sometido a los miembros de la Policía Nacional.

Pero lo más grave no es el hecho en sí, sino han sido los malabares mentales para justificar lo injustificable y maquillar la negligencia del presidente. Al extremo que se ha tenido diferentes versiones sobre las motivaciones de este hecho que denigra a la Policía Nacional y cuestiona abiertamente la petulancia del presidente, que ya se olvidó que venía del pueblo y que tenía como consigna la humildad.

El problema no son solo sus mentiras -recuerden que en el 2017 se tiro al piso, a pedido del hoy congresista Tello- a ese Castillo ya lo conocemos. El problema es mayor porque subyacen otros problemas mas complejos como la gobernabilidad del país, ante la situación legal del presidente con la justicia.

El presidente ya no gobierna, podemos comprobar esta afirmación porque ha puesto a disposición todo el aparato del Ejecutivo para tratar de evadir a la justicia o tal vez buscar algún mecanismo de escape y fuga, porque él es consciente que va a terminar en cárcel y su gobierno ya no tiene ninguna posibilidad de cumplir su periodo para el que fue elegido.

Una prueba contundente son las reiteradas acciones para obstruir las investigaciones fiscales en su contra, al extremo que hay serias evidencias que escondió a su hija-cuñada en Palacio, para evitar su captura, durante el allanamiento fiscal en casa de gobierno. Ahora se han negado rotundamente a entregar las imágenes de las cámaras que hay en palacio, para no involucrarse en más denuncias penales.

Ha llegado el momento de las decisiones para Pedro Castillo, tiene solo una posibilidad para evitar la cárcel y esto pasa por buscar asilo político, pero tendría que negociar primero con el Congreso para un proceso de transición ordenada de la sucesión de mando.

Pero no lo va hacer, porque esta ensimismado por el poder y rodeado de incompetentes que lo aúpan y edulcoran su destino, que ya está en un laberinto sin salida, lo puedo firmar a estas alturas del juego político.

(*) Excongresista

(*) La empresa no se responsabiliza por los artículos firmados.

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