Curando la “influenza” empresarial (3/4)

Tiempo es una de las variables que más afecta a personas y empresas en la actualidad. Es muy común decir que “por falta de tiempo” los sueños y proyectos se truncan.

Cuando estamos enfermos, como no hay tiempo que perder, los procesos de curación se aceleran y no terminamos de resarcir los daños ocasionados en nuestro cuerpo. Mi mamá suele decir que no hay peor enfermedad casera que una “gripe mal curada”.

Cuando afrontamos problemas como falta de innovación y una organización tóxica, para resolverlos, requerimos necesariamente de tiempo y paciencia. Ambas enfermedades empresariales no pueden ser atendidas sin un cambio profundo en la cultura de la organización.

Fomentar la innovación como un pilar empresarial, requiere que el equipo desarrolle una mentalidad de aprendizaje, sin miedo al fracaso, que aliente la experimentación y analice los resultados. Una cultura innovadora promueve la creatividad y la mejora continua, creando espacios entre los colaboradores para que compartan ideas y se sientan escuchados. Pero esta filosofía debe venir acompañada de recursos que se asignen a innovar.

Google, una de las empresas mejor valoradas en el mundo tiene, dentro de sus programas de desarrollo institucional, la promoción de proyectos de “tiempo libre” y talleres de mentoría. La innovación empresarial tiene que ser enfocada, no solo en mejorar los procesos sino en llevar los productos al “siguiente nivel”. Gracias a la promoción de la innovación, empresas como Apple, ofrecen a sus clientes experiencias únicas sobre el diseño de sus productos; Amazon, fue pionero en el comercio electrónico y la entrega de paquetes con drones. Estoy seguro de que los lectores pen- sarán en lo “lejos que estamos” de estos referentes, pero no olvidemos que sus fundadores empezaron en los garajes de sus casas.

La práctica activa de la innovación en las empresas requiere de equipos multidisciplinarios y estructuras mas horizontales y promueve un ambiente de trabajo saludable y productivo; lo cual contribuye a reducir situaciones tóxicas que atenten contra la organización.

Nuevamente, acciones dirigidas a impartir un liderazgo positivo, que fomente valores como el respeto y la comunicación transparente, permitirán que los colaboradores asuman como propios los valores y las normas de conducta en la organización.

En la actualidad, la situación económica del país se viene reactivando lentamente y las empresas han reducido sus presupuestos para tratar de mantener los indicadores que exigen sus accionistas. No debemos olvidar que las transformaciones culturales, como dije al inicio, toman tiempo y posponer actividades de capacitación y talleres que promuevan el trabajo en equipo y la comunicación pueden luego demorar el arranque de nuevos proyectos.

Recuerden, el tiempo vale mucho y lo que no se hace hoy, tarde o temprano generará consecuencias.

(*) Gerente General de BLANCO Sociedad Administradora de Fondos S.A.C. y miembro del Directorio de la UPAL. Es Contador Público Colegiado y Máster en Banca y Finanzas