Este 23 de mayo se cumplen 100 años de un suceso que conmovió al Perú y que selló la Alianza Obrero Estudiantil cuando con motivo de la pretensión del presidente Leguía de consagrar el Perú al Corazón de Jesús, en lo que era una burda maniobra para manipular a la población, solo comparable cuando quisieron utilizar al Señor de los Milagros en un tema electoral nacional hace algunos años.
La objeción no era contra la religión católica, sino contra el aprovechamiento que el gobierno quería para una nueva reelección.
La oposición provino de la Federación de Estudiantes del Perú presidida por Víctor Raúl Haya de la Torre y los trabajadores que habían trabajado juntos en dos hitos importantes, la obtención de la jornada laboral de 8 horas y la creación de las Universidades Populares Gonzales Prada.
En esta oportunidad, se produjo un choque entre los manifestantes y la policía en la calle Huérfanos actual Jr. Azángaro a una cuadra del Parque Universitario, en el que murieron a manos de la policía un obrero tranviario Salomón Ponce, natural de Apata, Jauja y Manuel Alarcón Vidalón, estudiante de San Marcos.
Recuperados por la juventud los cuerpos que estaban en la Morgue, se les veló en San Marcos y se realizó una gran marcha fúnebre hacia el cementerio encabezada por Víctor Raúl Haya de la Torre, estando presente el Rector de la Universidad Nacional de San Marcos el Dr. Manuel Vicente Villarán en acto de solidaridad con sus estudiantes.
Ante los cadáveres del obrero y el estudiante, Víctor Raúl pronunció el célebre discurso “El Quinto No Matar” y a partir de ese momento consideró la formación de la Alianza Obrero Estudiantil, también denominada como Frente Unico de Trabajadores Manuales e Intelectuales, precedente histórico en la formación de la Alianza Popular Revolucionaria Americana APRA, que fundara en el exilio en México el 7 de mayo de 1924.
Pero consecuencia de los incidentes de mayo de 1923, Leguía ofreció a José Carlos Mariátegui y a Víctor Raúl Haya de la Torre sendas becas a Europa. Mariátegui la aceptó y Haya no, dignamente declinó.
En octubre de ese año fue deportado a Panamá y terminó en México donde estudió la Revolución Mexicana y como corolario de su presencia entregó a los alumnos de la Universidad Autónoma de México la bandera indoamericana en acto considerado fundacional del APRA Continental.
Años después el 20 de setiembre de 1930, un puñado de trabajadores manuales e intelectuales fundan el Partido Aprista Peruano, lo cual consta en un cuaderno rojo que Armando Villanueva conservará para la posteridad.
Esa acta fundacional del PAP, el Jurado de Elecciones en un absurdo acto burocrático ha pretendido desconocer como si el Partido no fuera uno solo desde su origen hasta nuestros días, exigiendo otra acta fundacional de fecha reciente, que hay que tomarla como un simple requerimiento administrativo que no ha pretendido ni podría desconocer la historia del Partido.
(*) Expresidente del Consejo de Ministros
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