Opinión

Feliz día del periodista: para los que honran esta noble profesión

Por: Tito Ponte Silvera

Periodista: profesional por grado de instrucción o vocación. Apasionado. Pero no utiliza la pasión sino la razón para comentar, opinar y, sobre todo, para informar. Testarudo, incansable, incesante, contestatario -con fundamentos-. Loco, soñador y creativo. Cazador de noticias. Humanista; defensor y luchador por la justicia. Nunca desiste; perseverante, aunque su labor sea la peor pagada de todas. Ratón de biblioteca; amante a la lectura: escritor y poeta de espíritu y por esencia. Economista, estadista, sociólogo, psicólogo, médico (en ciencias ocultas), leguleyo, astrólogo, meteorólogo, científico, gastrónomo, político y apolítico -de derecha, centro o izquierda- ateo, católico, adventista, purista. Futbolista (de fullvaso) y hasta estratega.

No puedo dejar pasar por alto esta oportunidad, que me da La Noticia, de recordar a verdaderos periodistas, honrados, versátiles, que marcaron la pauta y son ejemplos a seguir en mi humilde carrera. Humberto Martínez Morosini, el caballero de la televisión. Me dirán no fue periodista, pero hizo de su oficio una profesión encomiable. Miguel Portanova, el olímpico eterno. Lucho Yzusqui, una voz entrañable, del voleibol, automovilismo, fútbol, etc. Mr. Quipu Efraín Trelles: ratón de biblioteca y un historiador tenaz. Dante Mateo Cadillo, narrador con un estilo suyo, sin copias, muy peruano. Ítalo Villarreal; digno catedrático y cronista, que dejó su voz y huella por muchos rincones de la geografía del Perú. Roberto Zegarra, la voz de América, relator inigualable y único, imitado por muchos y admirado por su humanidad. Edmundo Samanez; consejero, voz calificada e inconfundible; César Picciotti, literario, prolijo, apasionado por esta profesión que amamos, bondadoso. Mi aprecio para el director, Martín Valdivia, de este diario con proyecciones incontenibles. Es preciso recordar a un amigo y padre periodístico, Martín Fernández: fue gracias a él y a su hijo, mi gran amigo Martín André Fernández, que pude ejercer esta amada y honorable profesión en mi país. Los Cronistas, Nacional Deportes La Cátedra, y La Cátedra, que me dio la posibilidad de poder proyectarme. Encontré conocidos, nos hicimos amigos y ahora somos familia. Bendito periodismo.

El periodista es bohemio por excelencia. Como Hemingway, “escribe borracho, edita sobrio”. El periodista es un creador, incluso de su propia historia. La mía tiene un título preciado: Ema Lucía, mi hija. “Carpe Diem”.

(*) La empresa no se responsabiliza por los artículos firmados.

Related Articles

Agregue un comentario

Su dirección de correo no se hará público. Los campos requeridos están marcados *

Back to top button