Opinión

¡Aquí no pasa nada!

Por: Luciano Revoredo

Desde los años 70 del siglo pasado en que la selección nacional de fútbol tuvo varias participaciones destacadas en diversos campeonatos mundiales y continentales, las transmisiones televisivas de los partidos fueron tomando cada vez mayor atención. Junto con estas trasmisiones fueron cobrando notoriedad algunos personajes por su estilo en narrar los partidos y también por algunas frases que se hicieron populares. Es muy recordado el caso del gran Humberto Martínez Morosini. Innovador y creador de frases que han quedado para siempre en la narración deportiva. Una de estas era usada cuando pasaba el tiempo, el partido se iba entrampando y no había goles. Entonces don Humberto decía con su inconfundible voz: ¡Aquí no pasa nada…!

Este concepto se podría aplicar muy bien a la realidad política de hoy. Tras unas elecciones muy cuestionadas Pedro Castillo se hizo de la presidencia. Visitó sorpresivamente el Congreso para interferir en la creación de comisiones, nombró toda clase de delincuentes en los más altos cargos del gobierno, intentó interferir en los ascensos de las Fuerzas Armadas, se encontraron miles de dólares en el baño de Palacio de Gobierno, se reunió entre gallos y media noche en una casa de Breña con lobistas y proveedores del estado, se presumen sus vínculos con el narcotráfico y el terrorismo, recibió a proveedores que a los pocos días obtuvieron contratos millonarios, impidió el acceso de la fiscalía a Palacio, se presentó sorpresivamente ante la Fiscal de la Nación para interferir en las investigaciones y finalmente se reunió con operadores mediáticos que fungen de periodistas pero que denigran su ejercicio, para tratar de demostrar apertura con la prensa.

Esta suma de evidentes actos de corrupción, desprecio de las instituciones y de la democracia son sin duda suficientes para una serie de denuncias y por supuesto para su vacancia. Sin embargo, venimos conviviendo con esta realidad. El Congreso de la República no da señales.

La oposición parlamentaria parece anestesiada, salvo muy contadas excepciones. Los sectores democráticos son incapaces de unirse bajo un liderazgo inteligente. Los gremios empresariales callan cobardemente o hablan a media voz. Como diría en sus épicas narraciones Humberto Martínez Morosini: ¡Aquí no pasa nada!

Aunque es evidente que pasa y que pasa mucho, pero pareciera que la ineptitud y la corrupción se están haciendo parte de la escena diaria. El escándalo de un día sólo sirve para tapar el del día anterior. Eso es gravísimo. Urge la reacción de una oposición más articulada, de una ciudadanía más enérgica y de una prensa decente y consecuente con sus principios. Urge la reacción del Congreso de la República, los motivos para una vacancia presidencial sobran.

Llama también la atención el silencio y la pasividad de los jóvenes. ¿Dónde quedó la combativa “generación del bicentenario”? ¿Existió alguna vez o solo fue un astuto artilugio mediático? O acaso para ellos también ¡Aquí no pasa nada!

(*) Analista político

(*) La empresa no se responsabiliza por los artículos firmados.

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