Opinión

La amenaza del portero

Por: Jorge del Castillo Gálvez

Un sorpresivo comunicado de Perú LIbre, colgado por Vladimir Cerrón en sus redes, menciona que el CEN, la Bancada Perú Libre y la Comisión Política del Partido, invitan a Pedro Castillo Terrones a renunciar irrevocablemente, caso contrario iniciarán un proceso administrativo disciplinario, obviamente para su expulsión.

Le imputan promover la división, la disidencia en la bancada y de gestar la inscripción de dos partidos en paralelo. También lo acusan de desviacionismo ideológico en referencia al Programa e Ideario de Perú Libre, acusándolo de implementar una política neoliberal. Termina haciendo hincapié que sus “legítimas aspiraciones” son innegociables e inclaudicables.

Esto que parece un romper palitos sin vuelta atrás, podría más bien ser una especie de pliego de reclamos, ante la pérdida de sus bastiones en los Ministerios de Agricultura y Energía y Minas. Ya anteriormente Cerrón había hecho amenazas similares que obligaron a Castillo a rectificarse y devolverle su cuota de poder, a cambio de ello, Cerrón consolidó una bancada de 44 congresistas que blindaban las posibilidades de vacancia.

También podría pensarse, que es una forma estridente de marcar distancia de un gobierno que viene cayendo en el descrédito, la fuga del entorno presidencial y la fallida compra corrupta de fertilizantes para el agro, para así “romper” con la corrupción, tarea que es harto difícil para el condenado Vladimir Cerrón por corrupción.

Ante esto, Pedro Castillo ha declarado preliminarmente que agradece a Perú Libre y que en las próximas horas emitirá una respuesta, dando a entender que renunciará, cosa que todavía no ha sucedido hasta el cierre de esta edición.

En cualquiera de estas formas, Perú Libre debería deslindar completamente y retirar a todos sus militantes de los cargos de gobierno para ser consecuente con su emplazamiento y no seguir ocupando cargos como Vice Ministros, Directores Generales, Asesores, Consultores, Prefectos, Gobernadores y demás cargos.

Pero también podría suceder que terminen transando como lo han hecho anteriormente y restituyan algunos Ministerios y cargos públicos a los cerronistas, con lo que la bravata no hubiera pasado de ser un vulgar chantaje.

Sin duda, cualquiera que fuere la verdadera intención, esta noticia ha desplazado a otras de interés, surtiendo los efectos de una estupenda cortina de humo para tapar el aluvión de cargos contra Pedro Castillo, provenientes de la creciente desconfianza e impopularidad (76% cree que se nombra a funcionarios no preparados; 79% cree que la economía está peor; 60% en desacuerdo con la asamblea constituyente). Igualmente la idea que puede haber cometido una infracción constitucional por haberle cerrado las puertas a la comisión investigadora del congreso o la imputación de delito por el caso Puente Tarata, quedan de lado, por ahora.

Pero la prueba ácida del rompimiento, de ser auténtico, será la destitución de Dina Boluarte y la censura del ministro del Interior, con los votos de Perú Libre. Y al final, este cruce de espadas podría llevar a Perú Libre a respaldar la vacancia presidencial? Esa es la pregunta del millón que será respondida por los hechos en los días y semanas siguientes.

(*) Excongresista de la República

(*) Expresidente del Consejo de Ministros

(*) La empresa no se responsabiliza por los artículos firmados.

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