Los congresistas son famosos por presentar proyectos de ley tan absurdos como hilarantes. Alguna vez una parlamentaria propuso una ley para declarar el “Día Nacional del Estudiante Universitario”. La iniciativa fue rechazada porque tendría que instaurarse también el día del estudiante de primaria, de secundaria, de los institutos, etc. Porque todos son importantes. Ahora el ministro de Justicia, Félix Chero, anuncia que el Consejo de Ministros aprobó la creación del Día de los y las Estudiantes de Derecho. ¿Y los estudiantes de economía, educación, ingeniería, medicina, etc.? ¿Tendrá cada uno su día? ¿Se plantearán leyes para cada uno? Increíble, pero cierto.
En el Twitter de la Presidencia dan cuenta de “la aprobación del proyecto de ley que crea el Día del Estudiante de Derecho”, a iniciativa del Ministerio de Justicia. Ahí hay un pequeño detalle que demuestra que no hay armonía en la forma de pensar de todo el Gabinete, pues mientras Chero dice “los y las estudiantes de derecho”, la página del Gobierno se refiere a “el estudiante de derecho”. Es decir, mientras que, en el Ministerio de Justicia, como en casi todas las carteras ministeriales, están en la onda del lenguaje inclusivo tipo “la muda” y el uso de la arroba, en Palacio prefieren la forma convencional que hace ahorrar tiempo, espacio y evitar confusiones, sin que eso signifique marginar a alguien.
Volviendo al Día de los y las Estudiantes de Derecho, por más sublime que sea la intención, estamos ante otro desatino en materia legislativa, pues por principio de equidad tendría que instaurarse el día para los estudiantes de cada una de las profesiones y oficios habidos y por haber, pues todos son importantes y dignos de reconocimiento.
Estábamos acostumbrados a que, bajo el pretexto de que muchas de las iniciativas presentadas al Congreso “no generan ningún costo adicional para el Estado”, nuestros “padres de la patria” (apelativo que cada día resulta más irónico y contradictorio) formulen verdaderos disparates como propuestas legislativas. Pero la iniciativa legal del Ministerio de Justicia nos demuestra que proyectos de ley de estos niveles también pueden provenir del Poder Ejecutivo.
Repetimos, la intención es buena, pero la propuesta no tiene asidero lógico. Deberían ocupar su tiempo en resolver los verdaderos problemas del país, que esa es su verdadera función. Porque que lo que digo y escribo siempre lo firmo.
