Opinión

87 votos

Por: Francisco Diez-Canseco Távara

El rechazo en el Congreso de la propuesta populista y miope de Fuerza Popular para adelantar las elecciones generales para octubre de este año ha puesto en evidencia, una vez más, por qué el índice de aprobación de dicho Poder del Estado se encuentra en el 9% para regocijo de los enemigos de la democracia, un número de los cuales, parapetados en sus curules, son los socios extraoficiales y ya no tan invisibles de los actos subversivos que, con el cuento de la protesta, le están haciendo mucho daño a nuestro país.

Dichos extremistas marxistas, como ya lo habían adelantado, supeditaron su voto a la simultánea convocatoria de un referéndum para aprobar su anhelada Asamblea Constituyente destinada a instaurar un régimen comunista en el Perú y, al no obtener esa inaceptable condición, votaron en contra. Y, en el caso de Fuerza Popular, lo que ha logrado es dividir el voto de la derecha democrática que debería votar en bloque, tal como lo hizo en la legislatura anterior, aprobándose así la realización de las elecciones en abril de 2024. Esta maniobra de FP tiene probablemente dos propósitos: limpiar el escenario de nuevos competidores y ganarse las simpatías de los “protestantes” (lo cual es una ingenuidad).

Lo que todos aquellos que no están con este pérfido proyecto de extrema izquierda deben entender que el propósito final no es el adelanto electoral sino la destrucción del sistema democrático y que la estrategia de los comunistas hilvana a los anónimos cabecillas locales que mueven las turbas en el Perú con el castro chavismo internacional, tal como se ha comprobado, una vez más, en el foro del Celac. No van a detener sus acciones terroristas mientras el Gobierno no los frene con mano dura y legal.

Necesitamos elecciones generales adelantadas, pero con tiempo suficiente para que terminen los desmanes, se restaure a plenitud el principio de autoridad, se efectúen indispensables reformas políticas y electorales y se desarrolle, en la medida de lo posible, una conciencia cívica que genere un voto selectivo y bien pensado para que nuestra Patria no siga cayendo en manos de oportunistas ignorantes y corruptos como Pedro Castillo y sus “niños”. Requerimos que se vote bien y eso no le conviene a los extremistas.

Es hora de cerrar filas para defender la democracia, no de dividirlas debido a inaceptables y equivocados cálculos electoreros: los rojos, pese a sus permanentes conflictos internos, siguen adelante con sus designios totalitarios y el fin de sus acciones va a tomar algún tiempo (6 meses en Chile, 3 meses en Colombia en situaciones similares).

La reconsideración de la votación planteada para los próximos días va al fracaso, pero el adelanto de los comicios para abril de 2024 debe aprobarse de inmediato. ¿Llegarán a los 87 votos?

(*) Presidente de Perú Nación

(*) Presidente del Consejo por la Paz

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