
Confieso que jamás imaginé la tremenda presión que, como Gobernador Regional de Ica en el período 2015-2018, iba a recibir de parte de autoridades y funcionarios de todo nivel para favorecer indebidamente a familiares, amigos o militantes de sus agrupaciones políticas.
En todos los casos, los favores indebidos consistían en acceder, sin mérito alguno, a la planilla del Gobierno Regional, en otorgar contratos de obras sin ningún concurso de por medio o en adjudicar, a dedo, adquisiciones de todo tipo de bienes y servicios.
Yo tenía ciertas referencias del clientelismo político en nuestro país. ¡Quién no sabe cómo funciona el “tarjetazo” en el Estado! No obstante, para hacer una buena gestión pública, había que erradicar, cueste lo que cueste, el vicio del clientelismo en el Gobierno Regional. Y así lo hicimos, con muy buenos resultados.
“Deme un trabajito, o una obrita, porque yo lo apoyé en su campaña” fue el argumento más trillado de muchos ciudadanos que votaron por mi candidatura. Y mi respuesta sincera fue siempre la misma: “Concursa y gana en buena lid”. Por los insultos que recibí, es evidente que mi respuesta no satisfizo a muchos.
Pero hubo otros frentes que también presionaron por favores indebidos. Me refiero a ciertos consejeros regionales y congresistas, quienes también pretendieron inmiscuirse proponiendo a familiares o conocidos para trabajar en el Gobierno Regional o exigiendo la destitución de funcionarios que no eran de su agrado.
Por el lado periodístico, todavía me parece estar escuchando: “Gobernador, ¿cómo es?” Recuerdo, como si fuera ayer, el tarifario mermelero iqueño: “Deme tanto y me callo. Si quiere elogios, deme un poco más. Pero eso sí, si no hay nada, ¡aténgase a las consecuencias!” ¡Unas basuras!
A ese respecto, el Instituto de Prensa y Sociedad (IPYS) reveló en el 2019 y luego en el 2022 cómo el Gobierno Regional de Ica, entonces bajo el mando de mi sucesor, Javier Gallegos, realizó pagos por publicidad a un grupo de periodistas que funcionaban como la red particular y extraoficial de comunicadores del Gobernador. ¡90 periodistas mermeleros cobraban por publicidad y difusión de actividades oficiales!
En mi experiencia política también descubrí el sometimiento del Sistema de Justicia a los capos de las universidades truchas de nuestro país: César Acuña de la Vallejo, José Luis Elías Avalos de la San Juan Bautista, Joaquín Ramírez de la Alas Peruanas, Pepe Luna Gálvez de la Telesup y Luis Cervantes Liñán de la Garcilaso, entre otros.
Así, como decía Roberto Abusada (QEPD), “la corrupción ha hecho metástasis” en el Poder Ejecutivo y en el Poder Legislativo, pero también en el Sistema de Justicia, del cual se habla poco, a pesar de Los Cuellos Blancos del Puerto.
Reconociendo que no todos los jueces y fiscales son de esa calaña, cabe preguntarnos: ¿Cuántos procesos judiciales habrán estado, y siguen estando, en manos de jueces y fiscales corruptos? Magistrados que contratan a prostitutas, en las planillas de las instituciones judiciales, para satisfacer sus bajos instintos, o que liberan a violadores de menores y a narcotraficantes a cambio de unos cuantos miles de verdecitos.
Así de grave está la corrupción en nuestro país. Y no estamos hablando de derecha o izquierda. Este no es un tema ideológico, cultural o social. Este es un tema de moral. Es un tema de podridos, como diría el gran Basadre.
(*) Exgobernador regional de Ica.
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