Opinión

La única tabla de salvación

Por: Martín Valdivia Rodríguez

Parece que ahora sí estamos próximos a ver la luz al final del túnel. Las cifras de contagios y muertes por COVID han bajado considerablemente y los hospitales ya no están tan atiborrados de pacientes de esta terrible enfermedad que oficialmente fue reportada el 31 de diciembre de 2019 en la localidad china de Wuhan. Sin embargo, aún hay riesgos de rebrotes y una tercera ola, más aún si se tiene en cuenta que la variante “Delta”, que ya está en nuestro país, es más contagiosa que todas las demás y que hay cierta incredulidad respecto a las vacunas, cuando en realidad son estas las que están reduciendo la incidencia.

No puede ser posible que, mientras más de 5 millones de personas ya se han aplicado la segunda dosis, cerca de 200 mil solo se pusieron una y olvidaron la segunda. Está claro que para que una persona quede inmune, al virus al menos durante cierto tiempo, es necesario que se aplique dos dosis. Incluso, en algunos países ya están viendo la posibilidad de poner una tercera de refuerzo.

La ciencia ha sido tajante, la vacunación es la única manera de despertar de esta terrible pesadilla que nos mantiene aislados, sin poder ver ni abrazar a nuestros seres queridos por temor a llevarles el virus. Por eso, toda la población debe tomar conciencia y vacunarse ordenadamente.

Es posible que en unos meses alcancemos la llamada inmunidad de rebaño, también conocida como inmunidad colectiva o de grupo, que se da cuando un número suficiente de personas están protegidos frente a la infección y actúan como cortafuegos, impidiendo que el virus alcance a los que no están protegidos. Esta inmunidad colectiva se alcanza, precisamente, con la inmunización a través de la vacuna y es posible que en nuestro país estemos camino a alcanzarla.

Tenemos que vacunarnos, no podemos permitir que nos pase lo que ocurre en Rusia, el Reino Unido, Francia, Alemania, Canadá y Brasil, entre otros países, donde se ha desatado una tercera ola debido a que sus poblaciones bajaron la guardia. Hay dosis suficientes, no nos pasa lo de Sudáfrica o India, donde la vacunación avanza muy lenta. De nosotros depende volver pronto a la normalidad, que nuestros hijos vuelvan a las clases presenciales, poder visitar sin temor a nuestros padres y hacer todo lo que estamos extrañando. Porque lo que digo y escribo siempre lo firmo.

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