Opinión

“Tormenta en el desierto”

Por: Martín Valdivia Rodríguez

Un variado grupo, formado por un banquero, un vagabundo, un empleado del banco, un político y un borracho, viaja a través de Dakota en una diligencia y deciden unirse para vencer a los indios que se interpusieron en su camino. Es la sinopsis de la película “Tormenta en el desierto”, rodada en 1956 y considerada una película de culto del western, género cinematográfico que habla de la conquista, auge, pacificación, choque cultural y entrada en los tiempos modernos. Se nos vino a la memoria este filme, que —salvando distancias de tiempo y espacio— guarda alguna similitud con la actualidad del país, al escuchar la entrevista que le hizo La Noticia al economista Alejandro Indacochea, quien señaló que en el Perú se dio la “tormenta perfecta”.

En efecto, en el Perú nos encontramos en medio de una tormenta. Actualmente tenemos un enemigo principal, que es la recesión económica, pero nos enfrentamos también otros rivales perniciosos y recalcitrantes, como la delincuencia, la corrupción, los agentes externos —las guerras, los vaivenes en los precios de los minerales, los movimientos financieros internacionales, etc.— y las serias dificultades —muchos lo definen como incapacidad— del gobierno para solucionar los problemas y encaminar al país por las sendas de la reactivación.

El huracán más poderoso de esa tormenta, sin lugar a duda, fue la pandemia del covid, que paralizó no solo al país, sino al mundo entero. Ya pasó lo peor, pero aún sufrimos la resaca de esa crisis sanitaria que hundió nuestra economía. En realidad, ya veníamos cuesta abajo con el gobierno fallido de Kuczynski y la cosa empeoró con las trastadas de Vizcarra. Para colmo de males, luego vino el régimen de Castillo, sea por su inexperiencia, su incapacidad o la corrupción que horadó su entorno y llegó hasta Palacio, convirtiendo en un chiste su frase “no más pobres en un país rico”. Para Indacochea, el gobierno de Castillo es el más nefasto de la historia y no pocos coinciden con él.

Las inclemencias de la naturaleza también nos golpearon fuerte con el ciclón Yacu, que ya pasó, pero se viene el Fenómeno El Niño, que —como lo advierten los especialistas— probablemente cause lluvias torrenciales, huaicos, desbordes de ríos e inundaciones de zonas urbanas y rurales. Si El Niño es tan bravo como lo están pintando, sus efectos causarán un nuevo descalabro en nuestra economía, pues no se han tomado las medidas de prevención necesarias. La tormenta está ahí, como dice Indacochea, el asunto sumar fuerzas para hacerle frente, como en la película del oeste, donde todos se salvaron porque lucharon unidos. Porque lo que digo y escribo siempre lo firmo.

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