Opinión

Thorndike y el caso Toledo

Por: Martín Valdivia Rodríguez

Cuentan que una noche, en uno de los tantos diarios que dirigió, Guillermo Thorndike estaba cerrando edición y no encontraba ninguna noticia como para primera plana. Recorrió la sala de redacción echando humo e interrogó uno por uno a los editores sin encontrar algo que merezca ser primera de primera, como se le llamaba antes. La última esperanza era la sección internacional, que a esas horas ya estaba desierta. Thorndike revisó inútilmente las bandejas donde, en esos tiempos, se colocaban los cables noticiosos que salían impresos, disparados como serpentinas gruesas, de una máquina. Desesperado, abrió los cajones de un escritorio, revoloteó las cosas y encontró unos papeles refundidos. Empezó a leer con voracidad y pegó un gritó: “¡no me escondan los muertitos!”.

El recordado periodista había encontrado una nota internacional sobre un hecho policiaco, le puso el aderezo de su pluma y le dio dos páginas con la prosa y el gran despliegue gráfico que eran su sello. Para Thorndike, sin noticia no había periodismo. Para él, la noticia era la esencia y la razón de ser del periodismo. Y consideraba que la noticia era narrativa e imagen, por eso solía darles amplia cobertura, con seguimientos de varios días, semanas y hasta meses, a los temas de impacto, esos que se destacan de los demás por ser importantes e interesantes a la vez. Eso lo llevó a escribir, aparte de sus enjundiosas crónicas en los diarios donde estuvo, libros del calibre de “El año de la barbarie”, “El caso Banchero”, “Uchuraccay: testimonio de la masacre”.

Lo medular que era la noticia para Thorndike en el periodismo fue recordado por Phillip Butters, quien tuvo como invitados al periodista Juan Paredes Castro y a la exprocuradora anticorrupción Yeni Vilcatoma. El conductor de “Combutters” comentaba, con estupefacción y cierta suspicacia, por qué causa, motivo, razón o circunstancia la mayoría de los diarios peruanos se han olvidado del caso Toledo, pese a que la extradición de este se ha convertido en el hilo conductor de la investigación del entramado de la corrupción de la constructora Odebrecht y las empresas satélites de esa telaraña mafiosa que enredó a varios gobiernos.

Paredes Castro, quien recuerda que periodismo es “la narración de los hechos y el registro de la historia”, dice que el caso Toledo “sí es noticia”. Y Vilcatoma afirma que “cierta prensa es cómplice”. La historia, precisamente, juzgará a quienes pretenden ocultar la verdad. Solo nos queda decir que “los tiempos cambian, la verdad, no”. Porque lo que digo y escribo siempre lo firmo.

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