Opinión

Terrorismo, fraude y corrupción

Por: Luis Sánchez Cáceres

La campaña de Pedro Castillo, contó con el apoyo de los brazos políticos de Sendero Luminoso y el MRTA, y a ellos le debe en gran parte–sobre todo a Sendero–el éxito de su campaña. No nos referimos a los votos de los familiares de los terroristas, sino al trabajo de hormiga que hicieron grupos como el Conare, Movadef y Fudepp, en frentes regionales, movimientos, y colectivos de todo el país. En 10 años ideologizaron e infiltraron a estas organizaciones. Este trabajo, sirvió, para consolidar el bloque de apoyo a Castillo. Fue la columna vertebral de la campaña.

En un hecho inédito en la historia del país, los muertos han estado validados en el padrón de electores, es decir aptos para que con sus humeras manos, puedan depositar su voto en las ánforas. Distintas denuncias en redes sociales, dan cuenta del malestar de los familiares, al comprobar en la página de la ONPE, que sus parientes podían elegir al próximo presidente del país. Este hecho de haber sucedido en cualquier otro país del primer mundo, hubiera significado la anulación inmediata de las elecciones, por una cuestión de legitimidad.

La legitimidad de la elección, no puede ser puesta en duda, esta es una premisa, que los demócratas en el mundo utilizan, y que los entes electorales hacen respetar. Eso sostiene al sistema democrático.

El caso Los Dinámicos del Centro, representa, otra prueba de que los filtros del Jurado Nacional de Elecciones han sido trasgredidos. De acuerdo a este caso, aún en investigación por la policía y la fiscalía, el dinero de la campaña de Pedro Castillo, tendría un origen ilícito, provenía de los fondos del Gobierno Regional de Junín; que era extraído en forma de cupos a proveedores, y de pagos ilícitos de una mafia de brevetes, que tenía como núcleo de funcionamiento la Dirección de Transportes.

El dinero gastado en la campaña, no tenía un origen en aportes voluntarios, ni en fondos propios de Perú Libre, sino que era parte de la corrupción, era dinero negro, una pus, que corroía, que caminaba y que estaba presente en cada mitin, en cada presentación, que hacia el candidato.

Hay varias preguntas aquí por hacer. Preguntas viscerales y leviatánicas, aún sin respuesta por la mudes de los involucrados. ¿Sabía Pedro Castillo de dónde provenían los fondos para la campaña? ¿Sabía que era dinero proveniente de cupos y de pagos originados por una mafia? ¿El JNE no sabía de la existencia de muertos en el padrón electoral? ¿Pedro Castillo no sabía que Sendero luminoso y el MRTA estaban apoyando la campaña?

(*) Director de la ONG de Derechos Humanos Waynakuna Perú

(*) La empresa no se responsabiliza por los artículos firmados.

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