Opinión

Se fue sin pena ni gloria

Por: Martín Valdivia Rodríguez

La inseguridad ciudadana, que hace referencia al temor que siente la población a sufrir posibles asaltos, robos, extorsiones, agresiones, secuestros o violaciones, como consecuencia del alto grado de delincuencia, es una de las principales preocupaciones de los peruanos, junto a la inflación y la crisis económica. Sin embargo, los últimos gobiernos se han caracterizado por adoptar pésimas medidas para enfrentar este problema, empezando por la designación de ministros del Interior cuyas gestiones, por lo general, fueron un fiasco.

El Congreso acaba de censurar al ministro Vicente Romero en una decisión en la que Fuerza Popular, partido que últimamente ha estado respaldando al gobierno de Dina Boluarte, esta vez votó unánimemente a favor de las mociones, al igual que Perú Libre. Las demás bancadas estuvieron divididas, pero se lograron 75 votos, cuando solo se necesitaban 66 para la aprobación.

Tan inestable es la cartera del Interior, que desde el año 2000 hemos tenido ya 46 ministros y ahora serán 47, pues la presidenta Dina Boluarte tendrá que nombrar al reemplazante de Vicente Romero, quien se va sin pena ni gloria. Según el general (r) Otto Guibovich, excongresista de la República, desde que empezó este milenio hubo aproximadamente un ministro del Interior cada seis meses y la situación se agravó en el 2021, pues hasta ahora van 11 ministros, a razón de uno cada tres meses en promedio.

Los principales responsables de esta situación son los presidentes de turno. Alejandro Toledo, por ejemplo, una vez nombró ministro del Interior a Javier Reátegui, un economista que no sabía dónde estaba parado en materia de seguridad ciudadana y tan temeroso, que era parodiado en los programas cómicos como si fuera un manojo de nervios. Otro caso peculiar fue el de Pilar Mazzetti, una médico cirujana que fue ministra del Interior en el segundo gobierno de Alan García y que también tuvo una gestión desastrosa como titular de Salud en el régimen de Martín Vizcarra.

No sabemos con qué criterio fueron nombrados tantos ministros del Interior que hicieron cualquier cosa, menos “proteger y garantizar el libre ejercicio de los derechos y libertades fundamentales, mantener y restablecer el orden interno democrático, el orden público y la seguridad interna de los ciudadanos del país en un marco de confianza, tranquilidad y paz social”, como son sus funciones, según la página web del propio Mininter. La pelota nuevamente está en cancha de la presidenta Dina Boluarte. Vamos a ver si se hace una ahora. Porque lo que digo y escribo siempre lo firmo.

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