Opinión

Restablecimiento del Estatuto del Servicio Parlamentario

Por: Tulio Vizcarra Bastos

Quizás le resulte difícil a la ciudadanía entender qué significa restablecer la vigencia del Estatuto del Servicio Parlamentario (ESP), instrumento jurídico fundamental “y de indispensable necesidad” solicitado por el sindicato mayoritario SITRACON del Congreso de la República, “que busca y espera encontrar diáfana esperanza material para su implementación” desde hace cinco años a favor del personal del Servicio Parlamentario.

El ESP establece disposiciones articuladas con fuerza de ley, inherentes a los requisitos, compromisos y condiciones “del personal perteneciente a la modalidad laboral del DL. 728 a plazo indeterminado”, para el cumplimiento de los objetivos institucionales, que obligatoriamente solo se puede acceder al Congreso, mediante un concurso público de méritos, asegurando con ello la calidad del personal, la profesionalidad y solvencia moral del mismo.”

Hoy se puede advertir que el Congreso peruano si no es el único, sería uno de los pocos Parlamentos en América Latina, que no cuenta con tan importante instrumento legal que involucra, “pero lo más importante, transparenta el ejercicio de una carrera administrativa limpia y sin contratiempos futuros en la carrera del servidor parlamentario.

Los últimos acontecimientos en el ámbito penal con el asesinato de una ex trabajadora, ha acrecentado la desmejorada imagen del Parlamento ¿Se pudo haber evitado si las sucesivas mesas directivas desde el 2017, se hubiesen preocupado en restablecer su vigencia? “Con ello se hubiera asegurado una línea de captación del personal con las suficientes credenciales de meritocracia y profesionalismo evitando estos lamentables acontecimientos.”

El restablecimiento del ESP hubiera evitado el copamiento desmesurado del personal de confianza en las áreas del servicio parlamentario, provocando hoy en día la postergación de las oportunidades para el personal de la institución que tiene por encima de veinte años de experiencia laboral, en la que muchos de ellos son sobrevivientes de las antiguas cámaras legislativas.

La improvisación administrativa ante la falta de ESP ha permitido que el escenario político, invada espacios del personal técnico, asesor y profesional de la propia institución congresal.  Lejos está pensar que, hasta inicios de la década de los noventa, los oficiales mayores de las cámaras legislativas, mantuvieron lejos del ojo político la influencia en el personal del servicio parlamentario.

El anuncio del actual presidente del Congreso no es un compromiso ante la prensa. Es un compromiso ante el país, ha prometido dar la oportunidad en los puestos claves del servicio parlamentario al personal con solvencia laboral, formación y especialización en el derecho parlamentario. Los sindicatos y en especial el sindicato mayoritario tienen la obligación de asumir esa promesa por el bienestar total del personal.

“Todavía le queda al presidente del Congreso, hacer un desagravio público a todas las mujeres, damas trabajadoras de dicho poder del Estado, pero poniendo por encima de todo la imagen y el ejemplo del señor y de la señora congresista porque en un estado constitucional desde donde se ejerce política no existirá mejor manera que la de: PREDICAR CON EL EJEMPLO. Señor presidente Salhuana muchas de las señoritas y señoras trabajadoras, sus familiares directos vienen siendo atacados en su moral, esta situación no puede continuar y esperan el desagravio de su presidente”.

(*) Secretario general del Sindicato de Trabajadores del Congreso de la República (Sitracon)

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