La historia transcurre en el año 1973 en el Valle de San Fernando centrándose en la vida de dos jóvenes, desde el inicio de su primer enamoramiento enrollándose en diversas aventuras y complejidades fruto de sus decisiones. Dirigida por el respetado Paul Thomas Anderson, en su novena película con veinticinco años de trayectoria dentro de este rubro, es también el encargado del guion, la producción y uno de responsables de la fotografía del filme. Teniendo entre sus protagonistas a los jóvenes debutantes; Alana Haim, quien interpreta a una veinteañera judía de una familia fiel a sus tradiciones y a Cooper Hoffman, hijo del fallecido Philip Seymour Hoffman, enrollándose en el papel de un joven optimista y volátil dando sus primeros pinitos en la actuación.
El filme no va entre líos, desde sus primeros minutos te deja en claro y con precisión que a lo largo de sus dos horas de duración se abordará la relación amorosa entre este par de personajes de una manera atractiva, entretenida y divertida. Aporta mucho visualmente la muy buena dirección de fotografía a cargo de Michael Bauman, quien debuta en este cargo, y es acompañado junto a Thomas Anderson. El nivel de producción tampoco se queda detrás, haciendo sentir al espectador en un viaje a los años 70’. La actuación de los dos jóvenes protagonistas del filme es atractiva, logrando un gran apego con el espectador, dando así hincapié al deseo de profundización entre la relación de este par.
Todo este brillante resultado se debe gracias a la gratificante visión de Paul Thomas Anderson, quien, por ello, ha sido nominado a mejor director en los próximos premios Óscar 2022 a celebrarse a fines de marzo. Y si bien, este largometraje también tiene una nominación como mejor película en los mencionados premios, es muy probable que no logre alzar la estatuilla dorada. En líneas generales, la película es un viaje muy entretenido, pero termina sintiéndose un poco vacía en el final debido a su corte abrupto, se logra entender el mensaje que se quiere brindar, pero no termina por cerrar la historia de una manera perfecta. De esta manera, termina sintiéndose como si se hubiesen recortado escenas valiosas que hubiesen dado una mayor complejidad a la historia. Por otro lado, es algo extraño visualizar por qué esta joven mujer de 25 años anda codeándose con adolescentes y no con personas de su misma edad, quedando por rescatar la frase típica que “no hay edad para el amor”.
De esta forma, Licorice Pizza es una película dirigida y escrita por Paul Thomas Anderson, quien también se integró al departamento de producción y dirección de fotografía para poder entregar una notable película muy entretenida y divertida ambientada en los años 70’, contando la historia de dos jóvenes que se irán enamorando en el Valle de San Fernando. Teniendo como mayor atractivo a la actriz Alana Haim como una agradable revelación, quien contó con la participación de sus hermanas y padre, interpretándose a sí mismos para este filme. Una película imperdible con todos los detalles muy bien trabajados en donde el mensaje del amor por encima de todo es el gran baluarte.
CALIFICACIÓN: SOBRESALIENTE 
