Opinión

Réquiem para Susana Higuchi

Por: Martín Valdivia Rodríguez

Susana Higuchi es la ex primera dama que más se involucró en la política peruana. Podrían decir algunos que esa persona fue Nadine Heredia, pero lo de ella fue más injerencia en los negocios del Estado y buenas migas con las empresas privadas, que cuestiones políticas. Susana Higuchi fue la primera en denunciar la corrupción fujimorista y lo hizo por lealtad al país, principios éticos y decencia política.

Nadine Heredia tiene un proceso judicial en curso como presunta cómplice de su esposo, los acusan de los delitos de lavado de activos en la modalidad de conversión y ocultamiento de activos ilícitos.

Susana Higuchi partió a su última morada limpia de polvo y paja. Jamás la involucraron en las graves acusaciones contra su esposo Alberto Fujimori. Susana Higuchi no puede ser comparada con Nadine Heredia, Eliane Karp ni ninguna otra ex primera dama. Si se metió de lleno en la política no fue para apañar o encubrir las tropelías del régimen fujimorista comandado por su esposo y Vladimiro Montesinos, sino más bien para denunciar los actos de corrupción y los abusos que cometían.

A Susana Higuchi le bastaron solo dos años para darse cuenta de que en el gobierno de Fujimori las cosas no andaban bien. Y para predicar con el ejemplo de que la lucha contra la corrupción debe empezar por casa, aun cuando los involucrados sean parte de la parentela, denunció que dos de sus cuñados vendían la ropa que donaba Japón para los más pobres.

Alberto Fujimori le dio la espalda y le quitó el cargo de primera dama para nombrar a su hija Keiko en reemplazo de su madre. Después, Susana Higuchi denunció acciones de amedrentamiento y tortura por parte de su propio esposo. Ya liberada del confinamiento y el ostracismo en el que era mantenida en Palacio, decidió ingresar a la arena política y fue elegida congresista.

En sus últimos años se reconcilió con su familia porque el amor de sus hijos, pese a todas las desventuras, se mantenía intacto. Demostró que era una mujer de buen corazón. Descansa en paz, Susana Higuchi. Fuiste una mujer íntegra y así te recordaremos siempre. Porque lo que digo y escribo siempre lo firmo.

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