Opinión

Prohibido bajar la guardia

Por: Martín Valdivia Rodríguez

El 28 de septiembre pasado el número de fallecidos por COVID en Lima fue cero. Nunca antes un cero había valido tanto. Hace unos días, los muertos por el virus en el Perú no pasaban de diez, pero ahora se acercan a veinte. Pese a la intensa campaña de vacunación, uno de los aciertos de este Gobierno, hay que decirlo, en los últimos días se han incrementado los casos de contagios y los decesos. Algo está pasando y es necesario corregirlo.

En Rusia actualmente se registran más de mil muertos cada día y en China, donde se creía derrotada la pandemia, en algunas ciudades se ha vuelto a los confinamientos, el encierro que aísla y paraliza la economía. Por exceso de confianza, en países como España soportaron hasta una quinta ola. En el Perú vamos por la segunda y es posible que sobrevenga la tercera. Ojalá que no ocurra, pero la variante Delta tiene como cómplice al descuido de la gente.

Nuestro país ostenta el deshonroso primer lugar en muertes por COVID por millón de habitantes. El Perú tiene una población de más de 33.5 millones de pobladores y más de 200 mil han fallecido por este virus, lo que representa una media por millón de 5,958 víctimas mortales. México está segundo con 3,473 muertos, Bulgaria con 3,348 y Hungría con 3,167. Brasil está sexto, Argentina séptimo y Colombia octavo.

La causa principal de este exceso de muertes por coronavirus es, valga la redundancia, el exceso de confianza, que va en aumento en estas últimas semanas. Muchas personas caminan por la calle sin mascarilla, no guardan la distancia de un metro como mínimo y ahora hasta se están empezando a saludar con besito, dejando de lado el puño, el codo y la manito levantada.

Ya se están abriendo algunos sectores económicos y el reinicio de las clases semipresenciales en los colegios se anuncia para marzo del próximo año. Es necesario volver, pero con cautela, la pandemia aún no ha sido derrotada y, según la propia Organización Mundial de Salud (OMS), aún está lejos ese día. Hay que reajustar las medidas y apoyar las acciones del Gobierno, como la prohibición de las fiestas por Halloween y la aparentemente absurda conservación del toque de queda por apenas un par de horas, pues el objetivo es evitar las juergas de amanecida. No caigamos en los errores de Brasil, Rusia y algunos países de Europa que cantaron victoria antes de tiempo. Porque lo que digo y escribo siempre lo firmo.

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