Presidentes: Entre fusilamientos, reivindicaciones e impunidad

Nuestros mandatarios siempre estuvieron sujetos a crítica, los presidentes depuestos lograban siempre escapar de su adversario porque se les pretendía ajusticiarlos o vejarlos. Como sucedió con La Mar, depuesto por Gamarra (7/6/1829), muriendo después (11/10/1830); o Salaverry fusilado por Santa Cruz al no aceptar su proyecto de Confederación (18/2/1836). Diferente es el caso de Gamarra que murió en Ingavi tratando de invadir Bolivia (18/11/1841).

Se suponía que un asunto como el de Salaverry no volvería a pasar y los jefes del Estado cuando perdían el poder tuvieron la oportunidad de ponerse a buen recaudo como sucedió con Pezet que logró ponerse a salvo y partir al exilio (8/11/1865) o Mariano Ignacio Prado depuesto por Diez Canseco (8/1/1868) se refugió en Chile.

Tras la asonada de los hermanos Gutiérrez, el presidente José Balta es tomado preso y llevado al cuartel San Francisco donde es ultimado (26/7/1872). Las terribles secuelas de la sangrienta revolución de los Gutiérrez fueron borradas cuando a los pocos años llegaron los desastres de la guerra contra Chile en 1879. Miguel Iglesias después de lograr la paz con el tratado de Ancón, quiso perpetuarse siendo Andrés A. Cáceres que lo separa del poder e Iglesias se va al exilio (4/12/1885). Otra revolución separa a Cáceres de la presidencia ante su segundo inconstitucional mandato (20/3/1895).

En el siglo XX, Billinghurst es obligado a dimitir (4/2/1914) y Leguía renuncia a la presidencia (25/8/1930), quien tras una inhumana carcelería muere (6/2/1932)

. Años más tarde Manuel A. Odría da un golpe de estado y despoja de la presidencia a José Luis Bustamante y Rivero (29/10/1948) y se le envía a Buenos Aires. Una junta militar ante el fraude ocurrido en las elecciones depone a Manuel Prado (18/7/1962) y es prisionero de los militares hasta el fin de su mandato y luego voluntariamente partió a Paris. Años más tarde Fernando Belaunde Terry también fue víctima de un golpe de estado y obligado a partir a Buenos Aires (3/10/1968) e impedido de regresar en 2 oportunidades.

Desde la aparición del fujimorismo con el quiebre constitucional de 1992, la política peruana cambia de rumbo y se menoscaban los partidos políticos. Fujimori es vacado por permanente incapacidad moral para gobernar (21/11/2000) y se refugia en Japón. Después decide viajar a Chile y se le captura (6/11/2005) y para evitar su extradición al Perú postula al senado japonés (29/7/2007) fracasando en su intento de evadir la justicia, extraditado (22/9/2007) y tras un proceso judicial Fujimori es condenado y recluido

. Por el escandalo “Odebrecht” se involucra a Alejandro Toledo quien no supo explicar el origen del dinero que sirvió para la adquisición de costosas propiedades, llegando extraditado desde los EE. UU. (23/4/2023); Odebrecht también afirmó haber entregado dinero en la campaña presidencial de Ollanta Humala y fue internado en el penal Barbadillo (13/7/2017). Pedro Pablo Kuczynski es obligado a renunciar por los “Mamani videos” y después terminó involucrado en el caso Odebrecht; el juez Jorge Chávez dictó tres años de prisión preventiva que la cumplió en su domicilio y hasta hoy no hay acusación contra él. Peor es el caso de Martín Vizcarra quien venía con un lastre de corrupción por su administración en Moquegua, siendo la disolución inconstitucional del Congreso su objetivo para no tener obstáculos durante meses y consolidar sus latrocinios.

En esta apretada síntesis, solo hubo dos presidentes que murieron por aspectos políticos (Salaverry y Balta) mientras el resto tuvo la oportunidad de defenderse y lograr en algunos casos su reivindicación, como en cierta forma lo lograron Pezet y Bustamante, solo Belaunde volvió al poder por el voto.

En la actualidad nuestra política se ha rebajado a las conductas delictivas de aquellos que tuvieron la dignidad de dirigir los destinos del país y lejos de cumplir los objetivos nacionales prefirieron enriquecerse teniendo a su servicio a una Fiscalía que gusta de las prisiones preventivas extensas, para lograr la prescripción de los delitos. ¿Ministerio Público politizado o cómplice?

(*) Excongresista

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