En “Gambito de Dama”, Beth Harmon, una niña prodigio del ajedrez, juntaba las propinas que le daba su madre adoptiva, hacía cachuelos y hasta pedía prestado para participar en los campeonatos, hasta llegar a ser la mejor del mundo. En el Perú, deportistas de distintas disciplinas hacen polladas para costear sus pasajes, comida y estadía en países donde se realizan campeonatos internacionales.
Y encima traen lauros para el Perú. Las historias se repiten, pero hay una diferencia. Beth Harmon vivió en los años 50. En la actualidad, en pleno siglo XXI, hay grandes atletas que no son huérfanos de padres, como la protagonista de la miniserie, pero sí de apoyo del gobierno. Gladys Tejeda acaba de participar en las Olimpiadas de Tokio y quedó como la mejor atleta sudamericana de la maratón femenina, de 42,195 kilómetros.
En sus inicios, durante muchos años se preparó casi sola, sin el apoyo necesario, no tenía ni zapatillas para correr. Y así se consagró campeona en muchas competencias. Esta vez, para su preparación rumbo a Tokio, ya clasificada, por gestión de su entrenador, la Federación Peruana de Atletismo la envió a entrenar a Kenia, país de donde es la campeona Peres Jepchirchir.
A ello se sumó el apoyo de la empresa privada. Sin embargo, hay otros deportistas peruanos, de diferentes disciplinas, que no tienen el respaldo necesario para participar en certámenes internacionales. Es el caso del ajedrecista Alexander Arévalo Pérez, de Jaén, Cajamarca, quien en el 2019 clasificó al Campeonato Mundial Amateur, categoría Sub-2000 Absoluto, realizado en México. Tuvo que hacer polladas para poder viajar.
Y se coronó subcampeón en una competencia en la que participaron 300 ajedrecistas provenientes de 30 países, como Italia, Brasil, Rusia, Estados Unidos y otros. Ya antes había sido subcampeón en Ecuador e Italia, pero ni para ese campeonato mundial le bridaron la ayuda que merecía. Hasta el sábado por la mañana, en Sudamérica solo Brasil (19), Colombia (5), Venezuela (4), Ecuador (3) y Argentina (3) habían logrado medallas en Tokio.
Perú solo tiene 4 medallas en toda su historia, la misma cantidad que, hasta el momento, va consiguiendo Venezuela solo en estas Olimpiadas. No es que no tengamos buenos deportistas, pues hay talentos y grandes promesas. Faltan estímulos, condiciones adecuadas para la preparación. El actual gobierno tiene la oportunidad de emparejar esa cancha inclinada. Porque lo que digo y escribo siempre lo firmo.
