Opinión

¿Por qué Martín Vizcarra aún no está preso?

Por: Omar Chehade Moya

La gran mayoría de peruanos nos seguimos preguntando ¿por qué el inefable Martín Vizcarra aún sigue libre caminando por plazas y calles, y no está preso en una cárcel de máxima seguridad?

Sí, aquel expresidente que negoció con las empresas chinas, para el negociado de las pruebas rápidas, mascarillas y vacunas, todas de dudosa calidad, y que tuvo como consecuencia la muerte de más 230,000 personas producto de la despiadada pandemia del COVID-19, pero también de la corrupta gestión gubernamental del “lagarto”.

A Vizcarra debería enjuiciarse y condenársele por genocidio como se hizo con los criminales nazis en el Tribunal de Nuremberg después de la Segunda Guerra Mundial.

Pero en el Perú, no pasa absolutamente nada con este sujeto. Recién se ha sabido que en un juzgado anticorrupción el día 30 de octubre habrá un control de acusación contra él, pero no por el genocidio de cientos de miles de peruanos caídos en su nefasto gobierno, sino por corrupción, es decir, por cohecho pasivo (soborno) pero no cuando ejerció el cargo de presidente del Perú, sino tan solo cuando fue Gobernador regional de Moquegua, cuando por declaraciones de colaboradores eficaces y demás testimonios nos enteramos que Martín Vizcarra recibió fuertes sobornos por parte de las empresas vinculadas al “club de la construcción” a cambio del Proyecto de Irrigación Lomas de Ilo y de la Construcción del Hospital de Moquegua.

Llama poderosamente la atención que el fiscal haya librado a Vizcarra de la imputación de otros graves ilícitos por los mismos hechos, pues lo ha exonerado de delitos como colusión desleal agravada, usurpación de funciones y asociación ilícita, (mandando al archivo estos ilícitos) es decir, de cuatro delitos inicialmente imputados, el fiscal solo ha mantenido uno con vida: cohecho pasivo (soborno).

Sin duda, un hecho bastante cuestionable por parte del magistrado, pero más llama la atención aún, el hecho que Martín Vizcarra no esté procesado por sus acciones corruptas cuando fue vicepresidente y ministro de Transportes y Comunicaciones: el caso del aeropuerto de Chincheros, y sobre todo cuando fue jefe de estado, (luego de la renuncia de Kuczynski a la presidencia) por casos de corrupción en el sector salud, y otros, pero fundamentalmente por el negociado con las empresas estatales chinas por el caso de las mascarillas, pruebas rápidas y vacunas de pésima calidad, que trajeron como consecuencia la muerte del 1% de la población peruana.

Un verdadero genocidio. Por mucho menos purgaron prisión preventiva PPK, Keiko Fujimori, y hasta Alan García tuvo que suicidarse antes de ser enmarrocado para llevarlo a una mazmorra limeña, teniendo a fiscales que seguían más a directivas políticas y a poderes fácticos encubiertos que a argumentos jurídicos probatorios con basamento de justicia. La pregunta salta a la vista: ¿por qué Vizcarra anda libre como Pedro por su casa, como si nada ilegal hubiese hecho? ¿por qué el Congreso no lo investiga en serio? ¿por qué los fiscales son tan indulgentes con tan semejante hampón de la política? ¿todavía tanto poder oculto tiene?

(*) Exvicepresidente del Perú

* La Dirección periodística no se responsabiliza por los artículos firmados

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