Opinión

A levantarse y seguir luchando

Por: Martín Valdivia Rodríguez

En el juego de la vida a veces se gana y a veces se pierde. Algo así dice una antigua canción de Daniel Santos. Y esta vez a la selección peruana de fútbol le tocó perder. Fue la batalla más importante, es cierto, pero ya pasó y la vida continúa. Da rabia una derrota, es dolorosa y triste, pero hay que levantarse y seguir caminando con la frente en alto. Fue tanta la emoción, tanta la fiebre del fútbol, que hasta los políticos se volvieron hinchas. Todo para que una tarde gris le maten la ilusión a más de 33 millones de peruanos y otros millones más de sudamericanos, pues muchos argentinos, colombianos, ecuatorianos, bolivianos y de otros países hincharon por Perú.

Hasta los venezolanos que viven en Perú —son más de un millón— se han hecho hinchas de la selección peruana. En Argentina, por ejemplo, la expectativa era tremenda y periodistas, futbolistas y ciudadanos de a pie se pusieron la camiseta peruana para ver el partido. Los argentinos nunca olvidan que Perú los apoyó en la guerra de las Malvinas, un gesto solidario que selló una hermandad nacida en los tiempos del general rioplatense José de San Martín y su Expedición Libertadora. Por eso, como dicen ellos, toda la vida se bancarán (bancar en jerga argentina es respaldar) al Perú. Nos tienen ley y por eso también hubo lágrimas y gritos de dolor en el alma tras la derrota peruana.

El fútbol es importante, pasión de multitudes, el deporte rey que nos encandila y hace vibrar de emoción, pero no lo es todo en la vida. Hay muchas otras razones para seguir luchando, en la brega diaria, con los proyectos, los emprendimientos y hasta el recurseo. El desarrollo personal, la familia, el barrio, el mismo país… son razones de peso para recuperar el ánimo, levantar la cabeza y seguir luchando.

Eso hay que explicárselos a los niños, quienes también se ilusionaron y soñaron con un triunfo peruano y la clasificación al mundial de Catar. Ellos sufren más. Por eso los adultos tenemos la gran responsabilidad de decirles que hay muchas otras razones para sentir orgullo por el Perú. Nuestras propias glorias del fútbol y los cracks aún vigentes, de la actual selección, que ya antes nos han dado grandes satisfacciones y alegrías. Nuestros héroes, que lucharon hasta quemar el último cartucho. Nuestros grandes artistas, nuestros científicos que triunfan en la NASA, nuestra rica comida de fama mundial, nuestro incomparable pisco, el legado de los incas, Machu Picchu…

Ya vendrán tiempos mejores y nuevos partidos de fútbol. El partido que tenemos que ganar ahora es contra la pandemia, la crisis económica, la delincuencia y la corrupción. A luchar contra todo ello, se ha dicho. Porque lo que digo y escribo siempre lo firmo.

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