Opinión

Pétalo de la rosa

Por: Antero Flores-Araoz

La más alta autoridad parlamentaria, recién elegida como tal por sus pares, contrató en el Legislativo los servicios de la tía de su hijo, cuya madre había tenido relaciones con tal autoridad. Hasta donde se conoce el hijo era extramatrimonial y la tía de él contratada en el Congreso, era la hermana de quien fue pareja del mandamás parlamentario.

Se increpó a la autoridad contratante de haber transgredido las disposiciones legales sobre nepotismo y tal autoridad, para supuestamente desprenderse de responsabilidades, afirmó que su relación con la madre de su hijo fue solo ocasional. Como podía preverse le cayeron encima al congresista aludido, infinidad de cuestionamientos, pero no solo por el incumplimiento a la Ley 26771 sobre nepotismo y sus modificatorias 30294 y 31299, sino por dar un trato inadecuado a una dama.

Como era de esperar, los opositores de oficio de inmediato expresaron que no había nepotismo, pues él solo va hasta el segundo grado de afinidad, pero olvidaron que, con las modificaciones a la ley, se incluyeron otros relacionados, que sin tener ni parentesco ni afinidad, guardan cierta relación con quien contrata a funcionarios del Estado.

El trato irrespetuoso a la señora madre del hijo de quien nos referimos, es absolutamente objetable pues, como señala viejo dicho, “a una dama ni con el pétalo de una rosa”. Sin embargo, hubo quienes manifestaban que las mujeres no deben tener ningún privilegio porque son iguales a los hombres.

Un buen amigo, el gran artista plástico Álvaro Suárez Vértiz me recordó que hace un año había escrito un artículo periodístico titulado “Carreño en la Política”, refiriéndome al famoso libro “Urbanidad y Buenos Modales” que en pocos años, tendrá dos siglos de existencia, y pese a su antigüedad siempre tiene vigencia, deberían tenerlo en consideración los parlamentarios, pues el hecho de poder tener posiciones discrepantes, ello no debe conducirlos a expresiones que atentan contra las buenas formas.

Hacíamos memoria en tal artículo a frases como “respetos guardan respetos” y “lo cortés no quita lo valiente”, que son de aplicación a quienes, teniendo posiciones antagónicas, no por ello tienen que expresarlas con dureza. Las buenas maneras siempre deben respetarse y más tratándose de damas.

Esto no nos puede calificar de seguidores de moda “vintage”, pues hay cosas que son permanentes, como el cumplimiento de la ley, el respeto a las formas, el buen comportamiento y muchas otras cosas. Hoy en día, observamos cómo existen personas, sobre todo jóvenes, que las relaciones íntimas hasta las hacen de conocimiento público a través de las redes, lo que es inaudito y me lleva a señalar lo que nos decía mi papá: “los favores de una dama, mueren con uno”. No olvidarlo.

(*) Expresidente del Consejo de Ministros

* La Dirección periodística no se responsabiliza por los artículos firmados

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