La discusión sobre los resultados económicos del ejercicio fiscal 2021, que corresponde a los primeros cinco meses de gobierno de Pedro Castillo, ha tenido controversia y sobre todo polémica, después de los anuncios que ha hecho el ministro Pedro Francke. Desde esta humilde columna, consideramos que es uno de los pocos ministros rescatables y sobre todo, que ha hecho contención a los delirios e irresponsabilidades manifiestas por el propio presidente, al extremo que muchas veces tiene que hacer malabares para justificar la sinrazón del gobierno, cuando ahuyenta las inversiones, genera conflictos sociales o lo peor, cuando pretenden hacer una farra fiscal, con programas populistas y demagógicos.
Partamos de la premisa, que son solo cinco meses de Gobierno y que los resultados de políticas económicas se pueden vislumbrar en el mediano y largo plazo, pero no es óbice para que tomen decisiones responsables, cuando se tiene el poder y además se es el titular de la cartera de economía. Por eso sorprende el entusiasmo de los datos de la actual gestión de MEF. Pasemos a detallar, algunos datos macroeconómicos del país –como si supuestamente fueran resultado del periodo de gobierno-. En principio sobre el crecimiento del PBI al 13%, que se proyectaba en 10%; en realidad es un efecto rebote que ya muchos economistas han sabido explicar, porque el 2020, tuvimos una caída histórica del 11.12% según el INEI. Además, es preciso detallar que se suma al rebote, la reapertura de nuestra economía, por una reducción de la pandemia y el crecimiento del sector minero, por los precios altos de los commodities como el cobre que ha llegado a cotizarse a $ 4.30 en la Bolsa de Londres.
Sobre el anuncio pomposo de la reducción de déficit fiscal que estaba proyectado en 8.9% a 2.8%, es entusiasta, pero habría que considerar la incursión de variables no previstas, como el incremento de la recaudación fiscal, por el precio alto del cobre, el pago realizado de la deuda de varias mineras que tenían programadas desde inicio de año; sumado también una drástica reducción de los presupuestos de emergencia por el COVID-19.
Si se han dado cuenta hasta este punto del artículo, estoy seguro de que ya ubicaron la preponderancia que tiene la minería para la salud de la economía y que más allá del mérito de la gestión en la cartera de economía, es la confirmación de la dependencia que tiene el país a los proyectos mineros y la viabilidad de los mismos, que ya trasciende a temas de ingeniería y tecnología, porque acá está en juego otro factor, la “paz social”, para garantizar su viabilidad, como condición sine qua non para el crecimiento económico del país.
Y en esa expectativa, ser un agitador o exacerbar los legítimos reclamos de muchas comunidades, que están en la zona de influencia, es una clara irresponsabilidad, hasta el extremo de poner en riesgo a todo el país. Por eso sorprende los anuncios irresponsables y demagógicos que tenido este gobierno, desde el propio Ejecutivo y que inclusive mantienen en cargos determinantes a personajes ideologizados, que no entienden la situación precaria del país, post pandemia y la necesidad de caminar con sumo cuidado, para salir juntos de la crisis; al parecer Pedro Francke lo entiende muy bien, la pregunta es ¿escuchará el Presidente Castillo?
(*) Ex congresista de la República
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