Opinión

Perú y Ecuador: países hermanos

Por: Martín Valdivia Rodríguez

El primer mapa que debemos conocer para entender la historia del Perú es el del Tahuantinsuyo, que ocupaba territorios que hoy corresponden no solo a nuestro país, sino también a Ecuador, Colombia, Bolivia, Argentina y Chile. Sin embargo, el mapa del Perú que conocemos hoy se ha constituido a través de cientos de años en conflictos, alianzas y acuerdos con nuestros vecinos. La última desavenencia territorial que tuvo el Perú fue con Ecuador, pero quedó solucionada el 26 de octubre de 1998, cuando en el Palacio de Itamaraty se celebró el Acuerdo de Brasilia. Se acaban de cumplir 25 años de tan importante hecho histórico y la fecha, por tanto, reviste gran importancia.

Tal es la hegemonía y la prevalencia de la paz, que en estos tiempos ha pasado a la historia la antiguamente conocida frase: “¿Tumbes, Jaén y Maynas? ¡Ni de vainas!”, que significaba que el Perú ya no cedería ningún centímetro cuadrado de su territorio.

En realidad, dicho refrán no nació con algún conflicto con Ecuador, sino en la guerra con la Gran Colombia, que culminó luego de que Gamarra firmara el Armisticio de Piura y el Tratado de Paz en Guayaquil el 21 de septiembre de 1829, denominado “Larrea – Gual”. Por este Tratado, Colombia renunciaba a sus pretensiones sobre las provincias peruanas de Tumbes, Jaén y Maynas, en tanto que el Perú renunciaba al puerto litoral de Guayaquil.

En realidad, con Ecuador tenemos lazos históricos tan profundos que muchos creen que Atahualpa nació en Quito. Cierto o no, su madre, Túpac Paclla, sí era princesa de Quito. Antes de morir, su padre, Huayna Cápac, favoreció a Atahualpa con el reino de Quito (la parte septentrional del Imperio de los incas), y a su hermanastro Huáscar, el heredero legítimo —su madre, Rahua Ocllo, era la princesa consorte—, con el reino del Cusco.

De tal manera que Perú y Ecuador comparten una larga historia desde la época del Imperio Incaico, en la cual Quito fue un importante centro administrativo en la región. Durante la época virreinal, la provincia de Quito perteneció al Virreinato del Perú hasta las Reformas Borbónicas implementadas por el rey Felipe V, que la incorporó al reciente Virreinato de Nueva Granada, situación que seguiría hasta la independencia.

Durante la etapa republicana, ambos países tendrían constantes tensiones por temas territoriales que no se resolverían sino hasta la firma del Protocolo de Paz, Amistad y Límites de Río de Janeiro en 1942 y su posterior consolidación con la firma del Acta de Brasilia en 1998. Por todo ello, ahora Perú y Ecuador somos países hermanos. Porque lo que digo y escribo siempre lo firmo.

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