Opinión

Partido Aprista Peruano, 93 años

Por: Jorge del Castillo Gálvez

El 20 de septiembre de 1930 se fundó el Partido Aprista Peruano bajo un acta de inauguración de la sección del APRA (Alianza Popular Revolucionaria Americana en la Ciudad de Lima).

A lo largo de estos 93 años, el PAP ha sufrido destierro y persecución, miles de mártires, tanto en las gestas revolucionarias, como en la etapa del terrorismo; confiscación de sus locales; y despido de trabajadores por ser apristas.

Como emblema de esta hostilidad tenemos la prisión, el asilo y el veto a Víctor Raúl Haya de la Torre. En los últimos tiempos hemos tenido dos gobiernos nacionales y una gran cantidad de gobiernos regionales y municipales y nuevos tiempos de persecución pero con nuevas modalidades, llegando inclusive a la ilegítima exclusión del Registro de Partidos políticos, que posteriormente fue declarada inconstitucional por el Tribunal Constitucional.

Pero hoy, en vísperas de conmemorar el centenario del APRA como Movimiento Continental (7 de mayo de 1924), recuperada la inscripción oficial y por tanto la capacidad de participar plenamente en la vida política del país, es importante analizar las posibilidades del Aprismo en el futuro inmediato.

En primer término, el Aprismo ha demostrado ser un partido democrático, que ha defendido a lo largo de su historia las amenazas del totalitarismo y las dictaduras. La reciente batalla contra el régimen incapaz, corrupto y golpista de Pedro Castillo, con los Apristas en primera fila así lo demuestra.

El pueblo sabe que el APRA es el muro de contención del comunismo. La visión del Perú que tiene el Aprismo es un argumento muy sólido, reconocido por la sociedad. Su planteamiento de un Estado promotor y regulador con estabilidad política, económica, jurídica y social para crear desarrollo con justicia social es la llave del éxito de su segundo gobierno. La gente percibe que con el APRA se instaurará la confianza y por ende la economía fructificará, generando trabajo y más servicios públicos para la población.

Retomaremos la reducción de la pobreza, la desnutrición infantil y la anemia. Asimismo los trabajadores conocen que un gobierno aprista defenderá sus derechos y mejoras salariales, pero lo más importante creará empleo.

Señalar las prioridades en Salud y Educación, poniendo a la persona como centro de estos dos sectores, reforzando la primera línea de atención de salud, equipando centros de salud y poniéndola al alcance de todos los peruanos con sus respectivas medicinas es un imperativo.

Fomentar una Educación para construir ciudadanía con cultura, integridad, valores, con profesores nombrados y bien pagados en virtud de la meritocracia. La construcción de escuelas y su equipamiento es un objetivo.

Para que esta nueva oportunidad que nos da el Perú sea aplicada es indispensable una sólida reestructuración de partido, para lo cual existe consenso en realizar en primer término un Congreso Nacional Ordinario-Estatutario para adecuarlo a los nuevos tiempos, con delegados elegidos por las bases y no designados.

Luego de ello un Congreso Nacional para elegir democráticamente a una dirigencia renovada que dé el impulso que tiene nuestra juventud que se viene preparando para el mejor servicio del país. ¡Unidos todo lo podemos, desunidos nada somos!

(*) Expresidente del Consejo de Ministros

* La Dirección periodística no se responsabiliza por los artículos firmados

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