Los políticos que han asumido el poder por algún raro designio en los últimos años en el Perú, han defraudado estratosféricamente en todos los aspectos a la ciudadanía en conciencia, moral, políticas públicas, mensaje y resultados.
Algunos de estos, creen que los ciudadanos que analizamos política, somos subnormales. La democracia boba, que permite la postulación de tipejos y de lúmpenes maquillados de provincianitos éticos en la conducción de los poderes estatales sin principios sólidos, logra que, personajes de la talla de Boluarte, Oscorima, Antauro Humala, Cerrón y Castillo, sean gobernantes para que pronto, salgan corriendo huyendo de la justicia. Es el peligro subyacente de incorporar a gentuza de bajo calibre moral que pueden generar con facilidad, severas catástrofes de gobernanza nacional.
La mentirosilla inquilina precaria de Palacio, que le huye a la declaración franca y transparente, ha desnudado su poco carácter y pobre articulación retórica y verbal. Ha sido incapaz en dos semanas, de hilvanar valientemente una respuesta ciudadana convincente respecto al incremento veloz de su patrimonio. Primero dijo que los relojes eran producto de sus ahorros. Luego, imitaciones y, ahora, se atreve a decir que fueron préstamos. Digna de una bipolaridad argumentativa a raudales.
No declarar una considerable dote de aproximadamente medio millón de dólares en joyas, y su permanente silencio sepulcral, solo proyectan ineludiblemente, la percepción de mujer falsa y espuria. Además, Boluarte, no ha logrado hasta ahora elaborar un constructo argumentativo sólido o una estratagema persuasiva para convencer a la ciudadanía de que tiene “las manos limpias” y evitar caminar en el suelo gelatinoso en el que se encuentra.
La presidenta ha sido muy pusilánime en enmudecer tanto tiempo y no confesarle al Perú que los Rolex eran regalos de su amiguito gobernador de Ayacucho por el día de su cumpleaños 61. Las desopilantes y encubridoras respuestas “de antaño” y “producto de mi esfuerzo” son puras patrañas plasmadas para camuflar dichos bienes prendarios. Personalmente, por los indicios, no creo que sean préstamos.
Esos depósitos de origen desconocido que recibió en varias cuentas bancarias, la exagerada multiplicación de sus finanzas personales, la posesión de un Cartier de diamantes valorizado en 48 mil euros y otras joyas que superarían el medio millón de soles deben ser esclarecidas. Ciertamente, no cuadran, no encajan, no aplican al justiprecio presidencial. Milton Friedman decía: “No hay lonche gratis”. Lamentablemente para ella, es demasiado dinero acumulado en tres años, desde que deja su puesto en RENIEC de 4,000 soles mensuales, los cuales, no le permitían pagar ni siquiera el arreglo de una terma barata en Surquillo.
Oscorima, exinquilino del penal de Cachiche, es una joyita que no ofrece garantías de nada. Prontuariado por corrupción y preso, luego de permanecer prófugo resulta en el prestatario. Huele a falso.
¡Si Oscorima es el fan enamorado, pues solo podríamos decir que mal gusto tiene, señora presidenta, con ese sugar daddy …!
(*) Analista politico
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