Mucho se comenta sobre la situación económica con la que el Perú encara este 2022 que apenas empieza. Los detractores del Gobierno de Pedro Castillo afirman que nuestro país está en la lona, que el dólar se disparó como en ningún otro país del continente, que la inflación nos ha rebasado y que las perspectivas de nuestra economía dan escalofríos. Sin embargo, hablando objetivamente, sin apasionamientos, nada de eso es cierto. Lo único real es que el actual régimen, al menos por ahora, no está haciendo mucho por aprovechar la ventajosa posición, con respecto a los demás países de la región en que nos encontramos.
Para empezar, el alza del dólar es un fenómeno global. Hasta la lira turca, el yen japonés y el peso chileno se depreciaron más que el sol peruano en el 2021. Argentina tuvo una caída de 17% y le lleva varios puntos a Perú que, con una depreciación de 11.2%, cerró el año con un tipo de cambio de S/ 3.99. Según los analistas, el dólar seguirá subiendo, pero más por los efectos de la economía global.
En lo que concierne a la inflación, un reciente informe de la BBC de Londres, que tomó como fuentes al Banco Mundial y los Bancos Centrales, Perú cerró el año con 7.4%, porcentaje muy inferior al que registraron Cuba (70%), Argentina (51.2%) y Brasil (10.4%). Las economías de México, Paraguay, Uruguay y República Dominicana tuvieron una inflación equivalente o muy cercana a la de Perú.
Ahora bien, con respecto al PBI, que es el indicador de crecimiento económico más aproximado a la realidad, según las previsiones de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) sobre las perspectivas de crecimiento para las economías de la región en 2022, Perú avanzará un 4.4%, porcentaje que no dista mucho del 4.6% que proyecta el FMI, el 3.4% del BCR, el 4.8% del MEF y el 3.2% del Banco Mundial. Solo Panamá, República Dominicana y El Salvador están por encima de Perú, que se ubica en cuarto lugar, todos los demás países, entre ellos Brasil, Chile, México y Colombia, tienen menores expectativas de crecimiento.
Es decir, las perspectivas de la economía peruana son muy alentadoras y ocupan una posición privilegiada con relación a la mayoría de los países de América Latina. No somos, de ninguna manera, la última rueda del coche ni estamos por los suelos, como algunos pretenden hacer creer. Pero, repetimos, el Gobierno tiene la gran responsabilidad de aprovechar estas condiciones ventajosas. De todos modos, estamos en medio de una crisis sanitaria y económica. No será fácil, pero tampoco imposible. Porque lo que digo y escribo siempre lo firmo.
