Opinión

Nuestras fuerzas desarmadas

Por: Omar Chehade Moya

A propósito de los últimos seis militares muertos y decenas de heridos en Puno, a manos de violentistas que a mansalva les tiraban rocas, piedras y objetos contundentes al cuerpo, creemos que en este aspecto el gobierno constitucional de la señora Boluarte se equivoca.

Ni la Policía Nacional ni nuestras Fuerzas Armadas pueden ir en desigualdad de condiciones a restablecer la paz y el orden interno en los puntos más críticos donde grupos armados, comunistas y filo terroristas auspiciados por el Conare y el Movadef quieren sabotear el estado y aniquilar a nuestras instituciones tutelares. Nuestra democracia no puede ser ni tonta ni boba. Mucho menos con gente subversiva que alevosamente ataca a nuestras fuerzas del orden, violando las leyes y cometiendo graves delitos contra la vida el cuerpo y la salud, y contra la seguridad nacional.

No queremos volver a pasar por el fantasma que sufrimos durante 20 años, cuando Sendero Luminoso y el MRTA le declararon la guerra al estado peruano, destruyendo propiedades, saboteando las instituciones y nuestra economía, pero sobre todo matando y aniquilando a miles de peruanos, entre coches bomba y asesinatos selectivos que ordenaba la cúpula cobarde y miserable de Sendero del genocida Abimael Guzmán.

Ya hemos visto pasmados visos de debilidad cuando la Policía que defendía Lima hace algunas semanas iba al combate contra esta horda de bárbaros, muchos de ellos filo terroristas, apenas guarecidos de cascos, escudos y algunas bombas lacrimógenas para detener los actos de destrucción de “los manifestantes”. Si bien algunos participaron como consecuencia del olvido del Estado en sus respectivas regiones, muchos de ellos eran azuzadores y agitadores que venían de las filas subversivas y que reaparecieron en estos bárbaros actos, que tuvo el momento más orgásmico de sangre con la muerte de policías. Uno de ellos incluso quemado vivo después de rendirse, además de toma de aeropuertos (considerado por la propia ONU como actos terroristas) además del bloqueo de carreteras y saqueo a la propiedad pública y privada. Debemos destacar entonces la conducta heroica de la Policía que con pocas armas defendieron la democracia y el orden interno, a costa de sus propias vidas e integridad personal.

El último fin de semana los peruanos observamos horrorizados como un grupo de vándalos en ciudades de Puno, arremetían contra nuestras Fuerzas Armadas, o más bien dicho “desarmadas” para tirarles objetos contundentes, entre piedras, rocas y armas hechizas, hiriendo a decenas, y muriendo en el río ahogados seis de nuestros valerosos miembros del Ejército.

El Congreso de la República tendrá que interpelar al Ministro de Defensa, para que explique por qué la desprotección a nuestras Fuerzas Armadas, en momentos que los actos subversivos crecen, y la asonada contra nuestra democracia cada vez se hace más evidente. Y al mismo tiempo un serio llamado de atención, para que nuestro estado de derecho sea defendido con todas las armas y herramientas constitucionales, de lo contrario el período que le queda de gestión a nuestra presidente se hará ingobernable.

(*) Exvicepresidente de la República

* La Dirección periodística no se responsabiliza por los artículos firmados

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