Opinión

No me representan

Por: Antero Flores-Araoz

Desde hace algún tiempo atrás, las personas que discrepan de determinadas autoridades, o no son de sus simpatías, o simplemente les molesta que ejerzan los cargos para los que fueron elegidos o designados, señalan que tales autoridades no los representan. Lo señalan con más frecuencia tratándose de la Presidencia de la República, de los congresistas o de los gobiernos regionales.

El estribillo de “NO ME REPRESENTAN” se hizo muy conocido en las protestas de noviembre del 2020 contra Manuel Merino, que al ser el presidente del Congreso tuvo con arreglo a la Constitución y por línea sucesoria, asumir la Presidencia del Perú.

Puede simpatizarle o no Merino a quienes salieron a protestar o a quienes no, pero su ejercicio presidencial fue legítimo, constitucional y con arreglo a ley. Los que en inenarrables días salieron a protestar, gran parte no sabían ni por qué, ni tampoco para qué, pero lo hicieron, quizás como la puerta que se les abrió para salir de sus viviendas donde estuvieron confinados por la pandemia del COVID 19.

Hubo en aquella oportunidad comunicados hasta de CONFIEP, ASBANC y otras entidades gremiales, además de declaraciones de representantes de otros organismos como IPAE. Todo ello, seguramente por vergüenza ya no se encuentra ni en los archivos digitales y, quienes salieron a las calles, muchísimos luego mostraron arrepentimiento, pues fueron agarrados de tontos para avalar torvos propósitos de los rojos que nunca faltan y los rosaditos, con pañuelo al cuello o sin él, que por candelejones se prestaron al triste espectáculo.

En estos días, quienes vienen protestando desde la segunda semana de diciembre último contra la presidenta Dina Boluarte, así como contra el Parlamento, siguen con la consabida monserga de NO ME REPRESENTAN.

Gran error de dichos manifestantes que, instigados por vándalos delincuentes y hacedores del infortunio, son solo algunos miles que salen a las calles, respecto de los otros 33 millones de peruanos, que están en sus domicilios, trabajan o buscan trabajo, o simplemente estudian.

Me pregunto si un puñado de algunos miles de incautos, azuzados por quienes desean terminar con nuestro sistema democrático y aprovechan para hacer desmanes, pueden representar a todo el país. Su frase “NO ME REPRESENTAN” será aplicable solo a ellos más no al resto de compatriotas que se esfuerzan a lo largo y ancho del Perú para superarse, atender las necesidades de sus familias, prestar sus servicios laborando en diversidad de tareas, estudiando o haciendo emprendimientos con imaginación e inventiva, para que nuestro país progrese.

Obviamente, la respuesta a la pregunta es que los reducidos grupos de manifestantes violentistas, en relación con los amplios sectores poblacionales que no participan de tales actividades, no los representan a estos últimos, con lo cual el estribillo dirigido a las autoridades por los vándalos se convierte en expresión contra esos mismos vándalos, originada por quienes no quieren violencia, a diferencia de los que la practican.

Los delincuentes que atentan contra la vida y la integridad de las personas, que destruyen comisarías, sedes judiciales y fiscales, incendian inmuebles y generan caos, no nos representan a quienes no queremos más desorden ni violencia y, somos más que ellos.

(*) Ex congresista de la República

(*) Ex presidente del Consejo de Ministros

* La Dirección periodística no se responsabiliza por los artículos firmados

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