Opinión

Los intelectuales y la política

Por: Martín Valdivia Rodríguez

A lo largo de la historia, los intelectuales por lo general han optado por asumir una posición política. Incluso los relacionados con el mundo del arte. Sin embargo, se han ensayado muchos intentos infructuosos por despolitizar cualquier expresión artística. El Instituto Cervantes organiza por estos días en Madrid un ciclo de conferencias denominado “El fuego de la imaginación” y Mario Vargas Llosa, el homenajeado, se ha encargado de recordarnos que, efectivamente, el mundo intelectual siempre estará unido con la política por ese cordón umbilical que es el análisis, la reflexión y la posición respecto a la sociedad, la economía y la cultura en general.

“Muchos de los textos no los reconozco porque están escritos hace mucho y defienden posiciones que ya no son las mías. Pero al mismo tiempo, leídos ahora, recuerdan episodios de la historia de Perú y de América Latina que son inevitables”, expresó Vargas Llosa al referirse a parte de su obra en el coloquio inaugural. Se refiere a su conversión al liberalismo, pues no olvidemos que descubrió la política asociada al socialismo en su vida estudiantil en la San Marcos, donde se comprometió con las causas sociales, como lo deja ver en su libro “La llamada de la tribu”, al cual considera “una autobiografía política, intelectual e ideológica”.

Incluso cuando habla de sus influencias literarias: Jean-Paul Sartre, Jorge Luis Borges y Gustave Flaubert, el Nobel peruano deja en claro que su producción literaria, aunque trasciende en los terrenos de la ficción, está inspirada en la realidad social y, por lo tanto, política. “Mi infancia como escritor transcurrió leyendo a Borges por las noches y oponiéndome a él y accediendo a las tesis de Sartre”, ironizó. Por su parte, Flaubert lo condujo por los caminos del romanticismo y hasta del erotismo, si se quiere.

Fue con Sartre con quien Vargas Llosa se introduce en el existencialismo, corriente filosófica que centra su análisis, como sabemos, en la condición humana, la responsabilidad individual, la libertad o el significado de la vida.

En la citada conferencia, el escritor hace hincapié en la importancia de mantener firmes las posiciones ideológicas dentro de un mundo en el que cada vez la política y la literatura se mezclan más. Así, Vargas Llosa propugna, desde su posición conservadora, que el mundo literario no se aleje de la vida política. Y lo dice pese a que la política le ha dado muchos golpes porque. Sin duda, los intelectuales están llamados a ser protagonistas en la vida política, sean de derecha o izquierda, se equivoquen o no. Porque lo que digo y escribo siempre lo firmo.

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