Opinión

Los fantasmas del Mundial España 82

Por: Tito Ponte Silvera

César Cueto y Julio César Uribe eran las figuras del plantel Blanquirrojo para el Mundial España 1982. Ambos cumplieron una clasificación exitosa, demostrando un fútbol superlativo; con garbo, ‘elástica’ y gambeta. Ese equipo peruano tenía al “Poeta de la Zurda” en su mejor momento, quien tiraba pases de seda: precisos, con una calidad y certeza que comprobaban que el fútbol peruano estaba en un nivel muy diferente al resto; así lo reafirmaba la magia del ”Diamante”, Julio Cesar Uribe, un jugador con una habilidad excepcional, innata. Era un futbolista que se divertía jugando al fútbol; era el crack peruano del momentos y España 82 lo esperaba.

Uribe llevo la camiseta número 10 en toda la eliminatoria sudamericana, deleitó con su fútbol a la región con esa fantasía que marcó la pauta. Pero, quizás, no fue suficiente para quienes la “argolla” era una obligación antes que el talento y la meritocracia: ¡Al “Diamante negro” lo rezagaron! Uribe fue excluido para poner en su lugar, nada más y nada menos que a Teófilo “El Nene” Cubillas, el máximo referente en la historia del fútbol peruano, pero quien no había estado en la disputa durante toda la clasificatorio mundialista. Uribe tuvo que conformarse con el banco, sin el 10 y a la espera de su turno . Finalmente la selección nacional cumplió la peor participación mundialista, luego de haber brillado en la eliminatoria con partidos memorables como el triunfo en el mítico Estadio de Montevideo, con el deleite de la elástica de Uribe, la destreza de Cueto y la eficacia de La Rosa, a terminar en la cola del Grupo 1, tras perder con Camerún e Italia y cayendo vapuleado por Polonia 5-1. La disgregación de ese legendario equipo se debió a la imposición de un jugador, Teófilo Cubillas, un hecho comprobado que en su momento partió a uno de los equipos más talentosos que tuvo el balompié peruano. Nadie duda de la calidad y grandeza que aportó “El Nene” en la historia, pero en esa instancia su momento y condición no era la más óptima como para ocupar el lugar principal en la selección y, sobre todo, dejar a un lado a un jugador que venía inspirado, con fútbol y goles importantes.

Ahora, traemos al recuerdo está historia porque se escucha la voz de Ricardo Gareca y sus allegados, y es probable que Paolo Guerrero y Jefferson Farfán, dos históricos ciertamente, aún tengan la posibllilifad de subirse al aviso del partido de repechaje y, si la providencia nos acompaña, a la Copa Mundial de Catar 2022. Esperemos que no ocurra lo mismo, y Lapadula junto a Cristian Cueva no sean obligados a desprenderse de la titularidad y el número que los han inspirado para llevarnos con esfuerzo, goles y magia, al sexto mundial. Pero, sobre todo, que no incurran en el divisionismo y que no cometan el error de desmoronar un plantel que es condecorado por la unión y la hermandad.

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