Opinión

Los celulares en Lima cuadrada

Por: Antero Flores-Araoz

Hace algunos años, al despistado alcalde de San Isidro de aquel entonces, así como a sus regidores y funcionarios, se les ocurrió la, según ellos, “brillante” idea de regular las antenas para telefonía móvil o celular y, pusieron una serie de requisitos para mantener las antenas existentes o para otorgar licencia para nuevas.

En el distrito de San Isidro habían fijado sus sedes centrales y oficinas principales el mayor número de bancos, empresas financieras y compañías de seguros, lo que hacía que el alcalde de aquella época y sus colaboradores se ensoberbecieran por ello e, hinchando pecho, decían que el distrito era la capital financiera del Perú.

No les faltaba razón, San Isidro se convirtió en el distrito financiero del Perú, pero al mismo tiempo les ponía trabas burocráticas a las entidades financieras y a todos cuantos domiciliaran en ese distrito, para que no estuvieren bien comunicados, ya que las exigencias para las antenas de telefonía móvil eran tan absurdas y complicadas que convirtieron al distrito financiero en el distrito incomunicado, pues sin antenas los celulares no funcionan y sin las comunicaciones los entes financieros tampoco.

Los obstáculos para el mantenimiento y colocación de nuevas antenas de telefonía digital fueron tan grandes e ilógicos que obligaron a que el Parlamento en alianza con el Poder Ejecutivo expidiera las leyes 29022, 30228 y 31456 para ponerle coto al accionar municipal en tal tema, lo que fue complementado con los Decretos Supremos 039-2007-MTC y 003-2015- MTC. En virtud de tales normas es el Ministerio de Transportes y Comunicaciones el que tiene la responsabilidad en el tema de las antenas y la acción municipal quedó prácticamente en simbólica.

Pese a los antecedentes descritos, hoy la Municipalidad Metropolitana de Lima, a través de PROLIMA y supuestamente para velar por el ornato de la capital de la República, específicamente el Damero de Pizarro, está notificando a los operadores de antenas de telefonía móvil para que retiren las antenas que tienen instaladas y, para ello, también se notifica a los propietarios de los edificios en que tales antenas están colocadas.

La Municipalidad capitalina no solo ha destrozado la economía de los establecimientos comerciales de la Lima cuadrada, con su peatonalización, sino ahora pretende que no esté comunicada, dado que sin antenas no hay comunicación telefónica celular de calidad.

Si las antenas están en las azoteas de los edificios, evidentemente no molestan a nadie y tampoco afean la ciudad. Las antenas en cuestión no las ve ningún peatón ni los visitantes de la capital, como tampoco los turistas, pues, como repetimos, están en las azoteas de los más altos edificios.

Es probable que los diligentes e inteligentes funcionarios de PROLIMA estén intentando que las antenas no sean vistas por los pasajeros de los aviones que pasan por encima de la ciudad, pero por la altitud del vuelo es imposible que las vean.  Solo las verán los gallinazos en vuelo, y espero que en ellos no hubieren pensado las autoridades municipales.

(*) Ex congresista de la República

(*) Ex presidente del Consejo de Ministros

* La Dirección periodística no se responsabiliza por los artículos firmados

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