Opinión

¿Latinoamérica vira a la izquierda? (II)

Por: Martín Valdivia Rodríguez

En las redes sociales se ha hecho viral el nuevo mapa político e ideológico de Latinoamérica, tras la victoria del izquierdista Gustavo Petro en las elecciones presidenciales de Colombia. Algunos pintan de rojo todos los países donde el gobierno de turno es progresista, mientras que otros, en vez de color, escriben la palabra “Venezuela”. No es para tanto, pues la izquierda tiene sus matices y lo mismo ocurre con la derecha.

Lo que más llama la atención es que once países del continente tengan gobiernos progresistas —izquierdistas o centroizquierdistas— al mismo tiempo: México, Cuba, Nicaragua, Honduras, Panamá, Colombia, Venezuela, Perú, Bolivia, Argentina y Chile. Mientras que hay regímenes más o menos liberales en Puerto Rico, Costa Rica, El Salvador, Haití, Belice, República Dominicana, Ecuador, Brasil, Paraguay y Uruguay.

El Salvador es un caso especial. Nayib Bukele nació de las filas del izquierdista Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FFMLN), pero su gobierno fluctúa entre el progresismo y el capitalismo, tanto así que se enfrenta a los grandes empresarios, pretende “democratizar” las criptomonedas, critica al FMI, rompe relaciones con Venezuela y tuvo como aliado a Donald Trump. Bukele es un claro ejemplo de esa policromía que ha caracterizado a muchos gobiernos populistas que en teoría se muestran como de izquierda o de derecha, pero que en la práctica política oscilan entre ambas orillas ideológicas.

Hablábamos ayer de esa tendencia pendular que hace que en la mayoría de los países de Latinoamérica se intercalen, algunos con periodos más prolongados que otros, gobiernos tanto de derecha como de izquierda, con una marcada preponderancia de los primeros. Sin embargo, en estos tiempos, en los albores del siglo XXI, en medio de graves crisis económicas y una corrupción global galopante, que no ha sido amenguada ni siquiera por la pandemia, en Latinoamérica los regímenes de izquierda han pasado a ser mayoría, para sorpresa de quienes creían que el caso Venezuela, con el gobierno de Nicolás Maduro —responsable de una crisis económica que ha obligado a huir del país a más de 6 millones de personas— iba a evitar que se siga eligiendo a presidentes de corte progresista.

¿Qué hicieron los gobiernos de derecha, que predominaron durante mucho tiempo, para que la población de la mayoría de los países latinoamericanos prefiera elegir a presidentes de izquierda, asumiendo los riesgos que implica esa temeraria decisión? Este tema da para un análisis más amplio. Porque lo que digo y escribo siempre lo firmo.

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