Opinión

Las mujeres detrás del poder

Por: Martín Valdivia Rodríguez

Dicen que detrás de un buen hombre hay una buena mujer. Sin embargo, también podemos decir que detrás de un mal hombre, igualmente, hay una mala mujer. Hay casos conocidos mundialmente que demuestran que, por alguna razón, las mentes diabólicas se juntan para formar parejas capaces de perpetrar los crímenes más escalofriantes. En política, guardando las distancias, también hay mujeres tan malas o peores que sus esposos.

Hay un documental llamado “Las esposas de los dictadores”, que narra la vida de algunas de estas mujeres. El primer capítulo, “Las grandes derrochadoras”, aborda la biografía de Catherine Bokassa, Michèle Duvalier, Bobi Mobutu y Leila Ben Ali, todas conocidas por saquear las arcas del Estado donde vivían, despilfarrar el dinero y no tener reparos en caer en el abuso de poder.

Se trata de mujeres que, desde otras facetas, compartieron el poder y las tropelías de sus esposos, como lo hicieron Bonnie y Clyde, la tristemente célebre pareja de ladrones, que se convirtieron en “enemigos públicos” número uno de Estados Unidos en los años 30. O el asesino en serie Michel Fourniret y si esposa Monique Olivier, a quien convirtió en su instrumento del mal.

Si nos ubicamos en tiempos contemporáneos podríamos hablar de Rosario Murillo, la extravagante, poderosa y polémica esposa del presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, quien ejerce un régimen acusado de corrupción y abusos. La “Chamuca”, como le llaman, suele llevar consigo 28 anillos, siete collares y seis brazaletes, armas para enfrentar el mal y alejar a los demonios. Algunos creen que Rosario Murillo tiene tan o más poder de Ortega.

Pero las primeras damas también suelen correr la misma suerte que sus esposos. Uno de los más recientes casos es el de Rosa Elena Bonilla de Lobo, esposa Porfirio Lobo Sosa, expresidente de Honduras (2010-2014), quien el año pasado fue condenada a 14 años de cárcel por los delitos de fraude y apropiación indebida.

En el Perú tenemos a dos ex primeras damas en problemas. La primera, Lilia Paredes, esposa de Pedro Castillo, se encuentra asilada en México. La segunda, Eliane Karp, fugó de Estados Unidos a Israel luego de dos semanas y media de la extradición de su esposo, Alejandro Toledo. Ella y su madre, Eva Fernenbug, son acusadas de cómplices de Toledo en los actos de corrupción relacionados con el caso Ecoteva.

Curiosamente, Lilia Paredes y Eliane Karp, además de ser ex primeras damas, tienen otro punto en común, sus esposos están presos y en el mismo penal. Cosas de la vida. Porque lo que digo y escribo siempre lo firmo.

Related Articles

Agregue un comentario

Su dirección de correo no se hará público. Los campos requeridos están marcados *

Check Also
Close
Back to top button