Opinión

La viruela del ñoño

Por: Antero Flores-Araoz

El título de esta columna y por si las moscas, no tiene error alguno. Si es que pensaron que quise titularla “La viruela del mono”, en alusión a la epidemia que se expande en estos momentos por muchos países, pues se equivocaron. Me he querido referir y me refiero al actual presidente del Consejo de Ministros, quien viene afectando al país con lo que podríamos denominar “La viruela del ñoño”.

Como cualquier epidemia, ella debe ser combatida y la mejor forma de combatirla es vencerla, expulsándola del ámbito público y evitar que siga haciendo daño al país y perjudicando aún más nuestra ya deteriorada imagen internacional.

El presidente del Consejo de Ministros es el jefe del gabinete, que debe secundar al presidente de la República y ser su vocero calificado, además de ser el gran director de una orquesta (en expresión simulada) que es el gabinete ministerial, en que debe hacer concordar y confluir en las políticas de Estado a todos sus integrantes. Esto es que todos afinen.

Es de público conocimiento y no hay que ser ningún genio para darse cuenta, que cada vez que actúa el también llamado “premier”, simplemente la “revienta”.  En lugar de resolver situaciones, las agrava, por lo cual sería muchísimo mejor que no hiciese nada, aunque lo más deseable es que se retire a sus cuarteles de invierno, en que quizás bien arropado no perturbe ni moleste a nadie.

Cuando formula declaraciones a la prensa, termina peleándose con ella y acusándola de todo lo que se le ocurre y, por si ello no fuese poco, rubricando el proyecto de ley presentado por el presidente de la República al Congreso, para sancionar la filtración de información pública reservada y disponiendo que la prensa de a conocer sus fuentes.  Ello es totalmente contrario a la Constitución y a la normatividad legal pues los periodistas tienen el derecho de guardar el secreto profesional, el que también es obligación que si se transgrede se debe sancionar con arreglo al Código Penal.

Cuando va a provincias para realizar sesiones descentralizadas del Consejo de Ministros, lo que efectúa son manifestaciones públicas, en que quizás por quienes concurren a ellas, se convierten en los “mercaderes del templo” exigiendo medidas populistas, que lejos de ser factibles de ejecutar, son ofertadas irresponsablemente por el premier como solución a las demandas.

Subleva a quienes queremos un Perú de vuelta a la senda del desarrollo y reducción de pobreza, seguir escuchando las melindrosas, quejumbrosas y aburridas expresiones del primer ministro, que cuando ya había presentado su renuncia, simplemente se quedó, con la consecuencia de seguir martirizando al país.

Es conveniente que venga otro gabinete y con otro conductor, pero con personas serias, cívicamente responsables y con experiencia, que constituyan los pergaminos para hacer una buena gestión pública, que devuelva la confianza a emprendedores y trabajadores, que son quienes mueven la economía del país, tan deteriorada por la impericia de nuestros gobernantes para no referirnos a sus acciones desdorosas.

(*) Ex congresista de la República

(*) Ex presidente del Consejo de Ministros

* La Dirección periodística no se responsabiliza por los artículos firmados

Related Articles

Agregue un comentario

Su dirección de correo no se hará público. Los campos requeridos están marcados *

Back to top button