Imagina por un momento que es tu último día de vida y por tus acciones estás sentado a la derecha de Dios y te pone un video que se titula; “lo que pudiste ser si te atrevías y dejabas el miedo de lado”.
A mi entender, la sociedad y sobre todo la peruana, en su afán de protegernos nos ha metido la semillita del temor, “no tomes taxi de la calle, te pueden secuestrar”, “ten cuidado por favor, te puedes hacer daño”; y así muchos ejemplos más con los que fuimos creciendo a la par con esa semillita. No recuerdo a ninguna madre decirle a su hijo cuando iba al colegio, ¡arriésgate hijo!, ¡sé valiente!, ¡hazte hombre!, y sin querer arrastramos en nuestros patrones esos miedos, que debemos cortar.
Considero que esto ha generado una especie de caparazón que muchas veces no nos deja sacar nuestras cualidades y dones, y en resumen nos impide crecer y desarrollarnos al máximo, salvo excepciones.
En un país tan inestable como el nuestro muchas veces hay que saltar sin saber qué hay abajo, porque si vivimos invadidos por el temor nunca vamos a saber el potencial que tenemos, recuerda que la mediocridad es el refugio del miedo y nos puede cambiar y hasta arruinar la vida.
Confía en ti, en tus cualidades, ten fe, imagina a donde llegarás si te lo permites, con tus talentos, con tus recursos financieros, con tu carácter, con tus dones. ¿En quién te convertirías, quién serías hoy?, ¿te das cuenta que el precio que se paga por el miedo es muy alto?
Busca cuáles son tus dones, quizá hoy los tienes en “off ” y saturados de tonterías como el orgullo, envidia, celos, egoísmo, ira, resentimiento, frustración, etc., pero ten presente que puedes invertir la situación y renovarlos, cambiarlos por sentimientos nobles, verdaderos y valientes. Seguro tienes redes de contactos, recursos financieros, una mente brillante, etc., todo esto te va a dar altos rendimientos, entra en el juego.
La idea no es seguir a la deriva como los años pasados y vivir en automático; te levantas, trabajas, vuelves a casa, ves TV, te jubilas y mueres.
¿Quieres que tu vida se parezca más a lo que deseas y sueñas?, trabaja en ello, recuerda que hay solo una oportunidad y que las crisis con frecuencia nos llenan de temor y nos encierran en una prisión que no nos permite ser felices.
Por eso, cuando Dios te pase el video, tienes que ver a una persona decidida, que se atrevió, que amó con intensidad, que no se ahorró abrazos, que no se guardó un te quiero por pensar que ya lo sabían; no escondamos lo que sentimos por temor u orgullo porque a la larga nos robará la paz y la tranquilidad; por eso, cuando estés en una tormenta, agarra fuerte el timón de tu barco, nunca te va a faltar nada si sabes gestionar los dones que te dieron. Atrévete a navegar sin miedo, con prudencia sí, pero con seguridad, con insistencia, con esfuerzo y con fe, confiando plenamente en tus dones.
(*) Periodista y sociólogo
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